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jueves, agosto 05, 2010

"Errante"








Andaba errante por calles que no conocía de nada. El sol se desperezaba en el cielo moteado de pequeñas nubes blancas. La luz del amanecer embellecía las monótonas fachadas del barrio. Las imágenes que registraban sus ojos parecían un espejismo de la vida misma. Nunca pensó en asociar el salvaje paisaje urbano con el trascurrir de la existencia misma.
Allá percibió una torre grúa que anunciaba el nacimiento de un nuevo edificio, edificio que cobijaría en su interior más historias humana s de las que puedo enumerar. La nueva vivienda crecería junto a sus hermanos mayores, que alegres, colgaban de sus ventanas y balcones telas de diferentes colores.
Los barrios se le antojaron familias enteras, y la ciudad resulto ser un pueblo de barrios. Vio casas adolescentes y construcciones de mediana edad. Asilos de edificios apuntalados y médicos que curaban los males de las edificaciones. Casas con graves casos de mala salud en sus estructuras y pisos que practicaban la cirugía estética pintando sus fachadas de alegres colores.
Había casas con diferentes nombres que señalaban su actividad, edificios para trabajar, para curar, para vivir, edificios para gobernar, y para retener, primeros hogares y últimas moradas, escuelas, universidades, cuarteles y un larguísimo etcétera.
Recordó la tristeza de las edificaciones abandonadas, su mobiliario revuelto y saqueado, las mil historias sin nombres que gritaban las paredes y los objetos restantes.
Observó camiones de obras cargados de escombros, que trasportaban los restos de la que había sido antaño una orgullosa edificación.
En aquellos ladrillos rotos vislumbro su futuro esqueleto secándose al sol.
¡Espera! Se dijo, lo más probable es que los restos de la vivienda fueran utilizados en una nueva edificación, mira por donde su mente se inclino por un breve periodo de tiempo hacia la teoría de la reencarnación.
Siguió vagando por calles que eran, son y serán, escenarios de nuestras vidas.