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jueves, diciembre 29, 2011

72ª entrega. El lobo Gallego.

El lobo Gallego.



“A unos seis pasos a mi izquierda chirriaron los goznes oxidados de una puerta, por ella salieron Isabel y Mariano. Mi hermana no presentaba buen aspecto.”

- Ezkerrikasko neska, quiere decir muchas gracias en Euskera -le informé a Raquel- gutxi gora bera. Perdona, pero a veces intercalo palabras en vasco sin darme cuenta. Quizá es una forma de reafirmar mi procedencia en un medio que me resulta hostil.

“Unos pasos más y mi hermana seguida del perrito faldero de Mariano llegaron a nuestra altura. Mi cuñado me obsequió con su sonrisa especialidad de la casa que afirmaba sin mediar palabra, ¡Qué pedazo prima tienes!

- ¿Obeto zaude? -Pregunté a Isabel con un marcado tono de preocupación, ya que su salud no era por aquel entonces el anagrama de la solidez-

- Bai, piska bat obeto nago. Eta zu, ¿zer moduz bidaian?

- Komentarik gabe. -Respondí-

“Miré de soslayo a Raquel, que adoptó una expresión de resignada espera ante una “jerga” -según el lobo- que no comprendía. Decidí ser moderadamente cortes, discretamente considerado, comedidamente educado y reservadamente diplomático.”

  - Barkatu Raquel, pero es pura inercia, en cuanto nos vemos, automáticamente hablamos en Euskera.




“A unos seis pasos a mi izquierda chirriaron los goznes oxidados de una puerta, por ella salieron Isabel y Mariano. Mi hermana no presentaba buen aspecto.” - Ezkerrikasko neska, quiere decir muchas gracias en Euskera -le informé a Raquel- gutxi gora bera. Perdona, pero a veces intercalo palabras en vasco sin darme cuenta. Quizá es una forma de reafirmar mi procedencia en un medio que me resulta hostil. “Unos pasos más y mi hermana seguida del perrito faldero de Mariano llegaron a nuestra altura. Mi cuñado me obsequió con su sonrisa especialidad de la casa que afirmaba sin mediar palabra, ¡Qué pedazo prima tienes! - ¿Obeto zaude? -Pregunté a Isabel con un marcado tono de preocupación, ya que su salud no era por aquel entonces el anagrama de la solidez- - Bai, piska bat obeto nago. Eta zu, ¿zer moduz bidaian? - Komentarik gabe. -Respondí- “Miré de soslayo a Raquel, que adoptó una expresión de resignada espera ante una “jerga” -según el lobo- que no comprendía. Decidí ser moderadamente cortes, discretamente considerado, comedidamente educado y reservadamente diplomático.” - Barkatu Raquel, pero es pura inercia, en cuanto nos vemos, automáticamente hablamos en Euskera.



Arte inconformista.

miércoles, diciembre 28, 2011

71ª entrega el lobo Gallego

El lobo Gallego.


“Tenía razón. Esa hipócrita carrera llamada diplomacia, no iba con mi forma de entender las relaciones humanas.”

- Perdona, -la interrumpí- Intuyo, que te refieres a Juan, ya que el altercado con Maxi no te ha llamado la atención. Supongo que nuestra breve platica ya os la ha comentado.

“Atrás quedo un pasillo lateral que daba acceso a uno de los tres balcones del caserón.”

- No ha sido muy inteligente por tu parte -me recriminó- a la primera de cambio, el haberte enemistado con una persona que no conoces de nada. Más siendo familiar tuyo.

“Llegamos a la segunda bifurcación del pasillo, esta vez a la derecha y Raquel frenó en seco su escultural figura, yo hice lo propio con mi agotado cuerpo, y volví a perderme en sus ojos mientras le contestaba.”

- Puede que en parte tengas razón, sin embargo en lo que no estoy de acuerdo, es en tu afirmación de que yo no conozco a Juan. En algunos casos no hace falta conocer a una persona, para saber el mínimo imprescindible que decida si es de tu agrado. En este caso en particular, lo poco que sé de Juan, obliga a mí conciencia a obrar en consecuencia, es decir, ignorarlo totalmente, como si no lo viera y se tratara de un espejismo.

“Raquel desplazó el peso de su cuerpo de una pierna a la otra, consiguiendo un sutil movimiento de caderas, que personalmente me hacía perder la cabeza.”

- Da gusto comprobar que el paso del tiempo no corrompe a todos por igual. Me atrevería a decir que hay personas inmunes, tu por ejemplo -sonrió- sigues estando tan adorablemente loco como recuerdo.

“No supe si facturarla directamente a la Mierda, por dudar y poner en entredicho mi cordura, o presentarle mis respetos por dorarme la píldora y sugerir que aquí un servidor pudiera ser adorable. Me incline por lo segundo.”

- Eskerrikasko neska. -Me reí con ganas- Creo no equivocarme al pensar que lo de “adorablemente loco” es un cumplido.

- ¿Eskerrikasko? ¿Neska? -El bello rostro de mi prima se convirtió en una duda-




“Tenía razón. Esa hipócrita carrera llamada diplomacia, no iba con mi forma de entender las relaciones humanas.” - Perdona, -la interrumpí- Intuyo, que te refieres a Juan, ya que el altercado con Maxi no te ha llamado la atención. Supongo que nuestra breve platica ya os la ha comentado. “Atrás quedo un pasillo lateral que daba acceso a uno de los tres balcones del caserón.” - No ha sido muy inteligente por tu parte -me recriminó- a la primera de cambio, el haberte enemistado con una persona que no conoces de nada. Más siendo familiar tuyo. “Llegamos a la segunda bifurcación del pasillo, esta vez a la derecha y Raquel frenó en seco su escultural figura, yo hice lo propio con mi agotado cuerpo, y volví a perderme en sus ojos mientras le contestaba.”




Arte inconformista.

lunes, diciembre 19, 2011

70ª entrega El lobo gallego

El lobo Gallego.



- Desde luego hay personas que no cambian. -Dijo soltando su mano de la mía-

“Raquel posó sus manos en su cintura y me miró con suma atención. Hasta aquel preciso instante no recordé o no quise recordar, que me hallaba en compañía de una mujer que tenía en el bolsillo, a media burocracia provincial”.

- Demasiadas cosas y mucha gente han cambiado en estos últimos cuatro años.-le dije-

- No siempre controlamos los derroteros de nuestra vida.

- Ya no somos los mismos -continué- ni tú, ni Carlos, ni la familia.

“Ella me miraba tan fija y detenidamente, que creí y temí derretirme allí mismo bajo su influjo dejando un solitario y puto charco como única prueba de mi fugad existencia.”

- Tienes razón, el tiempo lo cambia todo, o casi todo. A veces echo de menos la despreocupación que reinaba en mi vida, tiempo atrás.

“Enfrentamos fijamente nuestras pupilas durante unos segundos y llegamos a comprender sin mediar palabra que aquel asalto había concluido de momento. Teníamos a la abuela enfriándose en casa y debíamos cumplir con el ritual.”

- Por cierto ¿sabes en que habitación se encuentra mi hermana?

- Sígueme... Todavía no has visto al resto de la familia. No recordaba una reunión así desde la boda de Laura.

“Comenzamos ha andar por el pasillo dejando a la izquierda la puerta de la sala de estar. Mi mente era un hervidero de sentimientos enfrentados. Había algo que no marchaba como debiera. Allí estaba yo flirteando con el lugar teniente del bloque norte, y eso decididamente, no podía ni debía ser muy sensato de mi parte.”

- Supongo que eres consciente -su voz cambió a un tono severo- de que no estas obrando diplomáticamente...




- Desde luego hay personas que no cambian. -Dijo soltando su mano de la mía- “Raquel posó sus manos en su cintura y me miró con suma atención. Hasta aquel preciso instante no recordé o no quise recordar, que me hallaba en compañía de una mujer que tenía en el bolsillo, a media burocracia provincial”. - Demasiadas cosas y mucha gente han cambiado en estos últimos cuatro años.-le dije- - No siempre controlamos los derroteros de nuestra vida. - Ya no somos los mismos -continué- ni tú, ni Carlos, ni la familia. “Ella me miraba tan fija y detenidamente, que creí y temí derretirme allí mismo bajo su influjo dejando un solitario y puto charco como única prueba de mi fugad existencia.” - Tienes razón, el tiempo lo cambia todo, o casi todo. A veces echo de menos la despreocupación que reinaba en mi vida, tiempo atrás. “Enfrentamos fijamente nuestras pupilas durante unos segundos y llegamos a comprender sin mediar palabra que aquel asalto había concluido de momento. Teníamos a la abuela enfriándose en casa y debíamos cumplir con el ritual.” - Por cierto ¿sabes en que habitación se encuentra mi hermana? - Sígueme... Todavía no has visto al resto de la familia. No recordaba una reunión así desde la boda de Laura. “Comenzamos ha andar por el pasillo dejando a la izquierda la puerta de la sala de estar. Mi mente era un hervidero de sentimientos enfrentados. Había algo que no marchaba como debiera. Allí estaba yo flirteando con el lugar teniente del bloque norte, y eso decididamente, no podía ni debía ser muy sensato de mi parte.” - Supongo que eres consciente -su voz cambió a un tono severo- de que no estas obrando diplomáticamente...



Arte inconformista.

lunes, noviembre 28, 2011

El lobo gallego. 69ª entrega.

El lobo Gallego.





- Como quieras... ya nos veremos mas tarde en la cena. Tengo cosas que hacer, hasta luego.
-Se despidió de nosotros encaminándose hacía la entrada principal-
- Adiós Antonio –-correspondió educadamente Raquel-
“Este abrió la centenaria puerta de roble y se perdió en el exterior envuelto en un gris y plomizo día. El portón se cerró a su espalda empujado por el robusto resorte de hierro colado.”
-Por aquí Abel...
“Mientras subía aquellas empinadas escaleras, tras la insinuante figura que realzaba aquel ajustado vestido negro, pensaba en la dificultad de plasmar en un lienzo la flexibilidad de sus movimientos, que transmutaba su ropa en segunda piel y que me inspiraba la inoportuna imagen de un bífido reptando sensualmente por los escalones.”
- Sabes, tenía ganas de volver a verte... –
Me tanteaba Raquel con aquella voz saturada del más puro, elemental y primitivo erotismo-...
-¿Recuerdas nuestra primera borrachera en A?
  “¡Joder que pregunta! ¿Qué si me acordaba? La única y posible manera de olvidar aquella tremenda ingesta de cubatas en A, era muriéndome.”
- Como quieres que la olvide si terminé la noche en un hórreo, retozando entre mazorcas de maíz con aquella amiga tuya.
“En el alto de las escaleras procedió a alisarse los siete centímetros que había escalado su vestido por sus majestuosas piernas. Se giró. Tropecé en el último peldaño.”
- ¡Mierda! Dos veces en menos de veinticuatro horas sería excesivo.
- Ten cuidado donde pones los pies.
"Tendiéndome la mano en un acto reflejo me agarré a ella más por percibir su tacto que por necesidad de controlar mi equilibrio. La historia tenía su punto tragicómico, si no me andaba con ojo, o mejor dicho, con buen pie, corría el no despreciable riesgo de volver a casa sin dientes.”




- Como quieras... ya nos veremos mas tarde en la cena. Tengo cosas que hacer, hasta luego. -Se despidió de nosotros encaminándose hacía la entrada principal- - Adiós Antonio –-correspondió educadamente Raquel- “Este abrió la centenaria puerta de roble y se perdió en el exterior envuelto en un gris y plomizo día. El portón se cerró a su espalda empujado por el robusto resorte de hierro colado.” -Por aquí Abel... “Mientras subía aquellas empinadas escaleras, tras la insinuante figura que realzaba aquel ajustado vestido negro, pensaba en la dificultad de plasmar en un lienzo la flexibilidad de sus movimientos, que transmutaba su ropa en segunda piel y que me inspiraba la inoportuna imagen de un bífido reptando sensualmente por los escalones.” - Sabes, tenía ganas de volver a verte... –-Me tanteaba Raquel con aquella voz saturada del más puro, elemental y primitivo erotismo-... ¿Recuerdas nuestra primera borrachera en A? “¡Joder que pregunta! ¿Qué si me acordaba? La única y posible manera de olvidar aquella tremenda ingesta de cubatas en A, era muriéndome.” - Como quieres que la olvide si terminé la noche en un hórreo, retozando entre mazorcas de maíz con aquella amiga tuya. “En el alto de las escaleras procedió a alisarse los siete centímetros que había escalado su vestido por sus majestuosas piernas. Se giró. Tropecé en el último peldaño.” - ¡Mierda! Dos veces en menos de veinticuatro horas sería excesivo. - Ten cuidado donde pones los pies. -Tendiéndome la mano en un acto reflejo- “Me agarré a ella más por percibir su tacto que por necesidad de controlar mi equilibrio. La historia tenía su punto tragicómico, si no me andaba con ojo, o mejor dicho, con buen pie, corría el no despreciable riesgo de volver a casa sin dientes.”



Arte inconformista.

viernes, noviembre 04, 2011

Inquietante certeza



No tienes la inquietante certeza de que Asia se comerá nuestra prosperidad… De que “nuestros” políticos al margen de la corrupción no tienen ideas para sacarnos del atolladero… No tienes la inquietante certeza de que el país rueda sin control hacía el abismo… De que el actual sistema político-financiero no funciona para la mayoría, y por supuesto, nunca lo hará… No tienes la inquietante certeza de que durante años, ladrillo a ladrillo, fueron añadiendo peso al lastre que hundirá esa economía ficticia basada en bienes no exportables. Se ha descuidado al sector primario, a la industria y a la educación, invirtiendo el superávit de los años del boom inmobiliario en llenar bolsillos de amigos y en proyectos faraónicos. Energéticamente somos dependientes, todo el esfuerzo nacional debió girar en conseguir nuestra casi independencia del petróleo a golpe de inversiones e investigación.




No tienes la inquietante certeza de que Asia se comerá nuestra prosperidad… De que “nuestros” políticos al margen de la corrupción no tienen ideas para sacarnos del atolladero… No tienes la inquietante certeza de que el país rueda sin control hacía el abismo… De que el actual sistema político-financiero no funciona para la mayoría, y por supuesto, nunca lo hará… No tienes la inquietante certeza de que durante años, ladrillo a ladrillo, fueron añadiendo peso al lastre que hundirá esa economía ficticia basada en bienes no exportables. Se ha descuidado al sector primario, a la industria y a la educación, invirtiendo el superávit de los años del boom inmobiliario en llenar bolsillos de amigos y en proyectos faraónicos. Energéticamente somos dependientes, todo el esfuerzo nacional debió girar en conseguir nuestra casi independencia del petróleo a golpe de inversiones e investigación.



Arte inconformista.

sábado, octubre 22, 2011

68ª entrega.

El lobo Gallego.



-Siempre me han gustado las personas con las ideas claras y que saben actuar de acuerdo con ellas. Me comentaba Antonio intentando suavizar la situación, ¿qué cojones querría?

“Mientras gozaba con el masaje lingüístico de mi tío, percibía algo intenso clavado en mi persona. Era la penetrante y sugerente mirada de Raquel, que me elevaba la temperatura corporal hasta valores desaconsejables, para el buen y preciso funcionamiento del organismo.”

- La decepcionante realidad, es que nuestro común primo Maxi es bastante deficiente en muchos aspectos de la vida. Eso sin tener en cuenta la extraña forma, por decirlo suavemente, que se ha buscado para ganarse la vida. -Los ojos color azabache de Raquel permanecieron clavados en los míos, durante el breve rato que me dirigió la palabra-

“Por un precioso momento dejé de sentir el peso de la puta y pesada mochila y me encontré preguntándome a mí mismo si hacer el amor con mi prima, sería cometer incesto. ¡A la Mierda con la moralidad!. Me contesté.”

- Desearía mucho seguir con esta interesante conversación, pero lo que necesito con urgencia es darme una buena ducha -miré fija y pícaramente a Raquel- y llevarme algo a la boca. Desde que he llegado no hago más que pensar en el sabroso caldo gallego.

“Los dos asintieron. Siendo justo y veraz e de reconocer que estaba a falta de sueño, escaso en higiene y necesitado de alimento. La cual no es precisamente la mejor dieta para tener una buena presencia. Ella movió levemente la comisura de sus rellenos labios.”

- Venga... Acompáñame, -me invitó a subir- te enseñaré donde puedes dejar tu equipaje, ya sabes donde están los baños.

- Tu dirás por donde. -La reté-

- ¿No deberías entrar a saludar a la familia? -Me preguntó a bocajarro Antonio- “La familia estaba dividida entre la cocina, el comedor y unas habitaciones. Necesitaba refrescar mis ideas en primer lugar, la familia podía esperar.”

- En estos precisos momentos darme una buena ducha me es prioritario. -Le contesté-




-Siempre me han gustado las personas con las ideas claras y que saben actuar de acuerdo con ellas. -Me comentaba Antonio intentando suavizar la situación, ¿qué cojones querría?- “Mientras gozaba con el masaje lingüístico de mi tío, percibía algo intenso clavado en mi persona. Era la penetrante y sugerente mirada de Raquel, que me elevaba la temperatura corporal hasta valores desaconsejables, para el buen y preciso funcionamiento del organismo.” - La decepcionante realidad, es que nuestro común primo Maxi es bastante deficiente en muchos aspectos de la vida. Eso sin tener en cuenta la extraña forma, por decirlo suavemente, que se ha buscado para ganarse la vida. –-Los ojos color azabache de Raquel permanecieron clavados en los míos, durante el breve rato que me dirigió la palabra- “Por un precioso momento dejé de sentir el peso de la puta y pesada mochila y me encontré preguntándome a mí mismo si hacer el amor con mi prima, sería cometer incesto. ¡A la Mierda con la moralidad!. Me contesté.”



Arte inconformista.

lunes, octubre 10, 2011

67ª entrega.

El lobo gallego.

“Y se encaminó hacia las escaleras que había a nuestra izquierda, subiendo y perdiéndose por ellas.
¡Carajo! Decidí liberarme de aquella pareja de chupópteros y subir con una exhalación ha advertir a mi hermana sobre los riesgos de las pócimas preparadas por aquella mujer.”

- No se trataba de ninguna jerga -centré mi atención en mi tío Antonio- sino de un idioma llamado euskera que a muchas personas les cuesta lo indecible asimilar, dada su riqueza lingüística.

“Y en este punto de mi ofensiva, dibujé en mi cara como quien no quiere la cosa, una expresión facial que delataban mis bien fundadas sospechas, sobre la capacidad de procesamiento neural del subcerebro de mi tío, para analizar ideas y conceptos abstractos.”

- Interesante... - Me miraba fijamente Raquel, con aquellos ojazos color azabache que me hacían perder el hilo de mis procesos mentales-

- Interesante es el hecho de haberle dado plantón a Maximiliano en la estación de trenes ¿no crees Raquel?

“La pregunta de Antonio a Raquel me arrancó brutalmente de mí ensimismamiento, ya que durante unos magníficos segundos mi mente se perdió en lo más profundo de aquellos increíbles ojos.”

- Yo no afirmaría que fue precisamente interesante, – conseguí decir algo al cabo de un rato - más bien diría que fue un acto consecuente con mis ideas.

“Antonio se pasó la mano por su exuberante nariz rojiza de gallego de pura cepa."


“Y se encaminó hacia las escaleras que había a nuestra izquierda, subiendo y perdiéndose por ellas.
¡Carajo! Decidí liberarme de aquella pareja de chupópteros y subir con una exhalación ha advertir a mi hermana sobre los riesgos de las pócimas preparadas por aquella mujer.”

- No se trataba de ninguna jerga -centré mi atención en mi tío Antonio- sino de un idioma llamado euskera que a muchas personas les cuesta lo indecible asimilar, dada su riqueza lingüística.

“Y en este punto de mi ofensiva, dibujé en mi cara como quien no quiere la cosa, una expresión facial que delataban mis bien fundadas sospechas, sobre la capacidad de procesamiento neural del subcerebro de mi tío, para analizar ideas y conceptos abstractos.”

- Interesante... - Me miraba fijamente Raquel, con aquellos ojazos color azabache que me hacían perder el hilo de mis procesos mentales-

- Interesante es el hecho de haberle dado plantón a Maximiliano en la estación de trenes ¿no crees Raquel?

“La pregunta de Antonio a Raquel me arrancó brutalmente de mí ensimismamiento, ya que durante unos magníficos segundos mi mente se perdió en lo más profundo de aquellos increíbles ojos.”

- Yo no afirmaría que fue precisamente interesante, – conseguí decir algo al cabo de un rato - más bien diría que fue un acto consecuente con mis ideas.

“Antonio se pasó la mano por su exuberante nariz rojiza de gallego de pura cepa."

Arte inconformista.

miércoles, septiembre 21, 2011

66ª entrega.

El lobo Gallego.


- Inolako zalantzari gabe –-comentaba Mariano en clave euskaldun- argi eta garbi adierazten didazu zure zori txar handi hori ez dela txoriburu baten gogoeta ixuri kaxkar bat (1) -que me perdonen sus ancestros, pero en aquel momento hubiera deseado que se reuniera con ellos- beraz, badakizu, begiak erne izan eta zure burua ondo babestu. Osabatzat duzun bab horretaz ez zaite z zipitzik ere fida, ezta lehenguzutat duzun Raquel izeneko zugegorrik horretaz ere. (2)
“Miré tan fijamente a Mariano que temí durante un instante por la integridad física de mis globos oculares.”

- ¡Tira! –-exclamé- eskerrikasko aholkuagatik. Ongi jabetzen naiz halako huskeria sortzeak zure buru kaxkar horri ahalegin latza eskatuko ziola eta horrek betirako zordun egiten nau. (3)
(1) – Sin dejar lugar a ningún género de dudas, me estas demostrando que tu acongojante mala suerte no es una simple especulación de tu cerebro de invertebrado.

(2) A sí que ya sabes, ten los ojos muy abiertos y cúbrete los flancos. No te fíes ni un ápice de esa babosa que tienes por tío, ni de esa víbora que resulta ser tu prima Raquel.

(3) ¡Hombre! Gracias por el consejo. Comprendo perfectamente, que ingente cantidad de esfuerzo mental le ha supuesto a tus escasas y escuálidas neuronas gestar tal simplicidad y por ello te estaré eternamente agradecido.


“Habíamos intercambiado estos borde comentarios en euskera, parados al lado de un cuadro que reflejaba como no, un húmedo, melancólico y gris paisaje gallego. Con su consabido e inevitable hórreo de piedra.
Al finalizar nuestra conversación, Antonio y Raquel estaban lo suficientemente cerca como para haber oído un retazo de nuestra conversación en euskera.”

- ¿Se puede saber que jerga es esa?–-Preguntó Antonio-

“Mariano como buen futuro cuñado y amigo mío, se dispuso a dejarme mas solo que la una, ante el peligro emocional que representaba para mí El Guindillas.”

- Bueno... os dejo, voy ha subir como se encuentra Isabel, está algo mareada.

- Por que no le dices a mi madre que le prepare algo, te aseguro que le quita el mareo en un santiamén. –-le aconsejó Raquel a Mariano-

“Me convulsioné de pies a cabeza ¡Por todos los Santos! Si la madre de Raquel era ni más ni menos que Claudia, “La meiga”.
Mariano por supuesto sin saber nada de sus malas artes de alquimista fracasada.”

- Vale, gracias, ya se lo diré.
Al finalizar nuestra conversación, Antonio y Raquel estaban lo suficientemente cerca como para haber oído un retazo de nuestra conversación en euskera.”

- ¿Se puede saber que jerga es esa?–-Preguntó Antonio-

“Mariano como buen futuro cuñado y amigo mío, se dispuso a dejarme mas solo que la una, ante el peligro emocional que representaba para mí El Guindillas.”

- Bueno... os dejo, voy ha subir como se encuentra Isabel, está algo mareada.

- Por que no le dices a mi madre que le prepare algo, te aseguro que le quita el mareo en un santiamén. –-le aconsejó Raquel a Mariano-

“Me convulsioné de pies a cabeza ¡Por todos los Santos! Si la madre de Raquel era ni más ni menos que Claudia, “La meiga”.
Mariano por supuesto sin saber nada de sus malas artes de alquimista fracasada.”

- Vale, gracias, ya se lo diré.

Arte inconformista.

martes, septiembre 20, 2011

65ª entrega.

El lobo Gallego.

- Permiso.

- Pendón.

“Ambos pasamos al interior de la casa empujándonos mutuamente.
No nos quedaron más cojones que dejarnos saturar y envolver por el lúgubre y funerario ambiente que reinaba en el caserón a causa del fallecimiento de la abuela carmen.
Incluso se oía una leve letanía que mi cerebro relacionó con un rezo católico llamado El Rosario.
Aquel puto -con perdón- viaje estaba resultando ser como un constante abrir y cerrar puertas que daban acceso a distintas habitaciones, en cada una de las cuales imperaba un sentimiento diferente y por añadidura negativo. Ya fuera odio, miedo, dolor, angustia, o impotencia.”

- Daría veinte años de tu vida a condición de que pasaran cuarenta y ocho horas de golpe -le comenté a mi futuro cuñado- nunca he sido capaz de tolerar ambientes cargados de hipocresía y farisaísmo.

“Nos paramos en un baldío intento por mi parte de hacer acopio del valor necesario para enfrentarme a lo que me esperaba detrás de más de una puerta.
Mariano asintió con la cabeza a mi último comentario, a la vez que su tez se tornaba más acerada.”

- Dentro de unas horas la situación ya no te incordiara en exceso -me animaba Mariano- y lo que es más importante, ya no será necesario que sacrifiques los mejores años de mi vida a cambio de un salto en el tiempo... No me va lo de ser el chivo expiatorio en un sacrificio...

“Frente a nosotros, como a unos diez metros de distancia, se abrió la puerta de la cocina. Por su umbral salió mi tío Antonio alias la guindilla, capo de la coca, y su lugar teniente y prima mía, Raquel. Juan cruzó el umbral un segundo más tarde con cara de necesitar apalear a alguien, a fin de conseguir la paz de espíritu que tan a menudo le abandonaba. Posiblemente yo fuera el que más boletos tenia en las manos para encarnar a ese desdichado ser.
Juan comentó algo en voz baja y a continuación se perdió por el pasillo a nuestra derecha.”
- Permiso.

- Pendón.

“Ambos pasamos al interior de la casa empujándonos mutuamente.
No nos quedaron más cojones que dejarnos saturar y envolver por el lúgubre y funerario ambiente que reinaba en el caserón a causa del fallecimiento de la abuela carmen.
Incluso se oía una leve letanía que mi cerebro relacionó con un rezo católico llamado El Rosario.
Aquel puto -con perdón- viaje estaba resultando ser como un constante abrir y cerrar puertas que daban acceso a distintas habitaciones, en cada una de las cuales imperaba un sentimiento diferente y por añadidura negativo. Ya fuera odio, miedo, dolor, angustia, o impotencia.”

- Daría veinte años de tu vida a condición de que pasaran cuarenta y ocho horas de golpe -le comenté a mi futuro cuñado- nunca he sido capaz de tolerar ambientes cargados de hipocresía y farisaísmo.

“Nos paramos en un baldío intento por mi parte de hacer acopio del valor necesario para enfrentarme a lo que me esperaba detrás de más de una puerta.
Mariano asintió con la cabeza a mi último comentario, a la vez que su tez se tornaba más acerada.”

- Dentro de unas horas la situación ya no te incordiara en exceso -me animaba Mariano- y lo que es más importante, ya no será necesario que sacrifiques los mejores años de mi vida a cambio de un salto en el tiempo... No me va lo de ser el chivo expiatorio en un sacrificio...



Arte inconformista.

domingo, septiembre 04, 2011

64ª entrega.




- ¡Venga ya! ... No será para tanto. -Me interrumpió Mariano-

“Tenía arrestos la situación, yo contándole que durante un momento pensé que me iban a obsequiar con cuatro lindos agujeros de nueve milímetros en plena cabeza, y él echándose a reír diciendo a continuación: No es para tanto.”

- ¡Mira que cuando te lo propones consigues ser un gran e impresionante cabrón!. -Taladré a Mariano con la mirada- Total, su señoría se encontraba cansado, o mejor dicho no le apetecía ir, y por ello mandaste a Maxi como si se tratara de tu fiel perro faldero. Estoy absolutamente convencido de que ha sido idea tuya, por cierto pensaras que muy brillante.

“A Mariano comenzó ha borrársele la pícara sonrisa en el rostro.”

- Si no me equivoco -proseguí con mi ofensiva- y resulta que he calculado con un margen de error mínimo vuestra hora de llegada, saco en conclusión como resultado de mis operaciones aritméticas lo siguiente: Que dispusiste de unas doce horas para dormir y quitarte la tontería del viaje, y estar más que fresco para recogernos esta mañana en la estación.

“Mariano comenzó a sonreír de nuevo. ¡Cojones! No me quedó más remedio que admirar su capacidad de recuperación.”

- Tu padre -me decía Mariano- no es que precisamente tuviera unas locas ganas de librarse de las llaves del coche, ya conoces de sobra su opinión sobre mi forma de conducir... - Y para más infamia, Mariano tuvo la desfachatez y las agallas necesarias, para añadir a su perorata lo que a continuación pongo por escrito, que no veas lo que me jodio-... y además, ante la coincidencia de que Maxi estuviera de servicio en la ciudad y os pudiera traer, tu padre se cerró en banda y guardó las llaves en lo más recóndito de su bolsillo, fin de la triste historia.

“Las llaves de su casa hubiera tirado con todas mis fuerzas desde el cabo de Finisterre.”

- ¡Jaque-mate!... Esta visto que es del todo imposible lidiar con tu desfatachez ahora. -Me resigne de momento-

“Deje pendiente aquel asunto en espera de un momento más propicio. Tenía que encontrar la forma de hacerme con sus llaves y jugar un rato con él.”



- ¡Venga ya! ... No será para tanto. -Me interrumpió Mariano-

“Tenía arrestos la situación, yo contándole que durante un momento pensé que me iban a obsequiar con cuatro lindos agujeros de nueve milímetros en plena cabeza, y él echándose a reír diciendo a continuación: No es para tanto.”

- ¡Mira que cuando te lo propones consigues ser un gran e impresionante cabrón!. -Taladré a Mariano con la mirada- Total, su señoría se encontraba cansado, o mejor dicho no le apetecía ir, y por ello mandaste a Maxi como si se tratara de tu fiel perro faldero. Estoy absolutamente convencido de que ha sido idea tuya, por cierto pensaras que muy brillante.

“A Mariano comenzó ha borrársele la pícara sonrisa en el rostro.”

- Si no me equivoco -proseguí con mi ofensiva- y resulta que he calculado con un margen de error mínimo vuestra hora de llegada, saco en conclusión como resultado de mis operaciones aritméticas lo siguiente: Que dispusiste de unas doce horas para dormir y quitarte la tontería del viaje, y estar más que fresco para recogernos esta mañana en la estación.

“Mariano comenzó a sonreír de nuevo. ¡Cojones! No me quedó más remedio que admirar su capacidad de recuperación.”

- Tu padre -me decía Mariano- no es que precisamente tuviera unas locas ganas de librarse de las llaves del coche, ya conoces de sobra su opinión sobre mi forma de conducir... - Y para más infamia, Mariano tuvo la desfachatez y las agallas necesarias, para añadir a su perorata lo que a continuación pongo por escrito, que no veas lo que me jodio-... y además, ante la coincidencia de que Maxi estuviera de servicio en la ciudad y os pudiera traer, tu padre se cerró en banda y guardó las llaves en lo más recóndito de su bolsillo, fin de la triste historia.

“Las llaves de su casa hubiera tirado con todas mis fuerzas desde el cabo de Finisterre.”

- ¡Jaque-mate!... Esta visto que es del todo imposible lidiar con tu desfatachez ahora. -Me resigne de momento-

“Deje pendiente aquel asunto en espera de un momento más propicio. Tenía que encontrar la forma de hacerme con sus llaves y jugar un rato con él.”

Arte inconformista.

martes, agosto 30, 2011

63ª entrega.



El lobo Gallego.



- ¡Pendejo! ...A ti tenía ganas de verte la geta.-Me lancé sobre él, como la leona lo hace sobre el impala, a matar-

- Sé por donde van los tiros -se–excusaba Mariano- pero no es lo que tu especulativa mente ha construido.

“Carlos y Juan se acercaban por detrás en un animado cuchicheo.
Mariano no se apartaba de la vertical del dintel de la puerta.”

- ¡Que no es lo que yo imagino! ¿Saben tus neuronas enanas lo que nos ha ocurrido a Carlos y a mí en la estación? -Dispare verbalmente a Mariano en pleno rostro, para ser más exacto, le di entre las cejas con un residuo salival fruto de mi ira-

“Mariano acabó de abrir del todo la puerta para que pasaran Carlos y Juan. Este último no se dignó mirarme siquiera. Ni puta falta que hacía.”

- ¿Qué es de tu vida pendejo? -Intentó desviar mi ataque Mariano, fijando nuestra atención en Carlos-

“Juan no se detuvo, prosiguió su lenta y rítmica marcha perdiéndose en el interior del viejo caserón. ¡A Dios gracias!”

- ¿Yo?... Supongo que podía ir mejor... -Contestó Carlos-

“¡Cojones! Si no hacía ni 24 horas que se habían visto. Aquí un servidor no estaba por la labor de permitir que mi primo fuera la excusa que necesitaba Mariano, para desviar mi atención de su yugular.

- Carlos... Haces el favor de pasar al interior del caserón y dejarme el espacio necesario para maniobrar contra este ente que respira a nuestra vera.

“Mariano replegó sus párpados hasta sus mismísimos topes, ante la sorpresa de que le llamaran ente.
Carlos encogiéndose de hombros y sonriendo se retiró hacía el interior del viejo caserón centenario.”

- ¿A que no te imaginas -Me dispuse ha merendarme a mi futuro cuñado a falta de algo mejor- quien ha ido hoy ha recogernos a la estación?

“Mariano me observaba con su mirada más picara, a fin de cuentas nos llevábamos demasiado bien. Todavía lo recuerdo perfectamente, debajo del dintel de la puerta, sonriendo como un niño de ciento ochenta centímetros de estatura, que sabe que las reglas de nuestro juego permiten jugadas y movimientos especulativos como el de la estación.”

- Creo que tengo una ligerísima idea. ¿No gusta de tocarse con tricornio? -Me contestó-

- Aquí lo único ligero es tu cerebelo...

“Lo empujé hacía el interior de la casa sumando la inercia de la mochila a la de mi cuerpo, Mariano retrocedió unos tres pasos.”

- Sabes que hoy me he llevado uno de los mayores sustos de mi vida -insistí- por un angustioso segundo creí que esa babosa desequilibrada que responde al nombre de Maximiliano, me iba ha pegar allí mismo y sin consideraciones, cuatro tiros...
- ¡Pendejo! ...A ti tenía ganas de verte la geta.-Me lancé sobre él, como la leona lo hace sobre el impala, a matar-

- Sé por donde van los tiros -se–excusaba Mariano- pero no es lo que tu especulativa mente ha construido.

“Carlos y Juan se acercaban por detrás en un animado cuchicheo.
Mariano no se apartaba de la vertical del dintel de la puerta.”

- ¡Que no es lo que yo imagino! ¿Saben tus neuronas enanas lo que nos ha ocurrido a Carlos y a mí en la estación? -Dispare verbalmente a Mariano en pleno rostro, para ser más exacto, le di entre las cejas con un residuo salival fruto de mi ira-

“Mariano acabó de abrir del todo la puerta para que pasaran Carlos y Juan. Este último no se dignó mirarme siquiera. Ni puta falta que hacía.”

- ¿Qué es de tu vida pendejo? -Intentó desviar mi ataque Mariano, fijando nuestra atención en Carlos-

“Juan no se detuvo, prosiguió su lenta y rítmica marcha perdiéndose en el interior del viejo caserón. ¡A Dios gracias!”

- ¿Yo?... Supongo que podía ir mejor... -Contestó Carlos-

“¡Cojones! Si no hacía ni 24 horas que se habían visto. Aquí un servidor no estaba por la labor de permitir que mi primo fuera la excusa que necesitaba Mariano, para desviar mi atención de su yugular.

- Carlos... Haces el favor de pasar al interior del caserón y dejarme el espacio necesario para maniobrar contra este ente que respira a nuestra vera.

“Mariano replegó sus párpados hasta sus mismísimos topes, ante la sorpresa de que le llamaran ente.
Carlos encogiéndose de hombros y sonriendo se retiró hacía el interior del viejo caserón centenario.”

- ¿A que no te imaginas -Me dispuse ha merendarme a mi futuro cuñado a falta de algo mejor- quien ha ido hoy ha recogernos a la estación?

“Mariano me observaba con su mirada más picara, a fin de cuentas nos llevábamos demasiado bien. Todavía lo recuerdo perfectamente, debajo del dintel de la puerta, sonriendo como un niño de ciento ochenta centímetros de estatura, que sabe que las reglas de nuestro juego permiten jugadas y movimientos especulativos como el de la estación.”

- Creo que tengo una ligerísima idea. ¿No gusta de tocarse con tricornio? -Me contestó-

- Aquí lo único ligero es tu cerebelo...

“Lo empujé hacía el interior de la casa sumando la inercia de la mochila a la de mi cuerpo, Mariano retrocedió unos tres pasos.”

- Sabes que hoy me he llevado uno de los mayores sustos de mi vida -insistí- por un angustioso segundo creí que esa babosa desequilibrada que responde al nombre de Maximiliano, me iba ha pegar allí mismo y sin consideraciones, cuatro tiros...




Arte inconformista.

martes, agosto 23, 2011

62ª entrega.





“Mariano acabó de abrir del todo la puerta para que pasaran Carlos y Juan. Este último no se dignó mirarme siquiera. Ni puta falta que hacía.”

- ¿Qué es de tu vida pendejo? -Intentó desviar mi ataque Mariano, fijando nuestra atención en Carlos-

“Juan no se detuvo, prosiguió su lenta y rítmica marcha perdiéndose en el interior del viejo caserón. ¡A Dios gracias!”

- ¿Yo?... Supongo que podía ir mejor... -Contestó Carlos-

“¡Cojones! Si no hacía ni 24 horas que se habían visto. Aquí un servidor no estaba por la labor de permitir que mi primo fuera la excusa que necesitaba Mariano, para desviar mi atención de su yugular.

- Carlos... Haces el favor de pasar al interior del caserón y dejarme el espacio necesario para maniobrar contra este ente que respira a nuestra vera.

“Mariano replegó sus párpados hasta sus mismísimos topes, ante la sorpresa de que le llamaran ente.
Carlos encogiéndose de hombros y sonriendo se retiró hacía el interior del viejo caserón centenario.”

- ¿A que no te imaginas -Me dispuse ha merendarme a mi futuro cuñado a falta de algo mejor- quien ha ido hoy ha recogernos a la estación?

“Mariano me observaba con su mirada más picara, a fin de cuentas nos llevábamos demasiado bien. Todavía lo recuerdo perfectamente, debajo del dintel de la puerta, sonriendo como un niño de ciento ochenta centímetros de estatura, que sabe que las reglas de nuestro juego permiten jugadas y movimientos especulativos como el de la estación.”

- Creo que tengo una ligerísima idea. ¿No gusta de tocarse con tricornio? -Me contestó-

- Aquí lo único ligero es tu cerebelo...

“Lo empujé hacía el interior de la casa sumando la inercia de la mochila a la de mi cuerpo, Mariano retrocedió unos tres pasos.”

- Sabes que hoy me he llevado uno de los mayores sustos de mi vida -insistí- por un angustioso segundo creí que esa babosa desequilibrada que responde al nombre de Maximiliano, me iba ha pegar allí mismo y sin consideraciones, cuatro tiros...
“Mariano me observaba con su mirada más picara, a fin de cuentas nos llevábamos demasiado bien. Todavía lo recuerdo perfectamente, debajo del dintel de la puerta, sonriendo como un niño de ciento ochenta centímetros de estatura, que sabe que las reglas de nuestro juego permiten jugadas y movimientos especulativos como el de la estación.”


Arte inconformista.

viernes, agosto 12, 2011

61ª Entrega "El lobo Gallego"



Creo que debí quedarme como alelado, observando aquellas decrepitas manos.
En mi cara él leyó con total y absoluta claridad, mi determinación de no colaborar en aquella cuestión de modales.
Decidí actuar en concordancia con los dictados de mi conciencia.

- Carlos, voy ha entrar en casa... -Le ofrecí su mochila-Hasta luego.

“Juan en posición de espera bajó la mano, su cara reflejó el desconcierto sufrido. En su caos interno seguro mentó a todos los míos, sin omitir a nadie.
Giré 180 grados y note su rencor corroyendo mi espalda.
El taxi de Ricardo pasó a mi lado y levanté la mano en señal de saludo. Un murmullo se extendió entre Juan y Carlos.”

- ¡Quién pudiera irse contigo! –-exclame por lo bajo-

“Aceleré el paso hacía la entrada principal de la casa cambiando la mochila de mano sobre la marcha.
Los seis cazadores apostados a escasos 10 metros de la puerta desmontaban sus escopetas y las metían en sus fundas.
Un fugaz saludo y los rebase con gusto. ¿Quiénes eran? ¿Qué hacían de esa guisa cual guardia pretoriana?
Tuve el presentimiento de que a partir de ahora conseguir respuestas iba ha ser lo mismo que exponerse ha tener problemas.
Cuando me hallaba a unos dos escasos metros de la puerta, esta se abrió hacía dentro con determinación.
Por ella asomaron los ciento ochenta centímetros de estatura de mi futuro cuñado.”

- ¡Pendejo! ...A ti tenía ganas de verte la geta.-Me lancé sobre él, como la leona lo hace sobre el impala, a matar-

- Sé por donde van los tiros -se–excusaba Mariano- pero no es lo que tu especulativa mente ha construido.

“Carlos y Juan se acercaban por detrás en un animado cuchicheo.
Mariano no se apartaba de la vertical del dintel de la puerta.”

- ¡Que no es lo que yo imagino! ¿Saben tus neuronas enanas lo que nos ha ocurrido a Carlos y a mí en la estación? -Dispare verbalmente a Mariano en pleno rostro, para ser más exacto, le di entre las cejas con un residuo salival fruto de mi ira-


Creo que debí quedarme como alelado, observando aquellas decrepitas manos.
En mi cara él leyó con total y absoluta claridad, mi determinación de no colaborar en aquella cuestión de modales.
Decidí actuar en concordancia con los dictados de mi conciencia.

- Carlos, voy ha entrar en casa... -Le ofrecí su mochila-Hasta luego.

“Juan en posición de espera bajó la mano, su cara reflejó el desconcierto sufrido. En su caos interno seguro mentó a todos los míos, sin omitir a nadie.
Giré 180 grados y note su rencor corroyendo mi espalda.
El taxi de Ricardo pasó a mi lado y levanté la mano en señal de saludo. Un murmullo se extendió entre Juan y Carlos.”

- ¡Quién pudiera irse contigo! –-exclame por lo bajo-

“Aceleré el paso hacía la entrada principal de la casa cambiando la mochila de mano sobre la marcha.
Los seis cazadores apostados a escasos 10 metros de la puerta desmontaban sus escopetas y las metían en sus fundas.
Un fugaz saludo y los rebase con gusto. ¿Quiénes eran? ¿Qué hacían de esa guisa cual guardia pretoriana?
Tuve el presentimiento de que a partir de ahora conseguir respuestas iba ha ser lo mismo que exponerse ha tener problemas.
Cuando me hallaba a unos dos escasos metros de la puerta, esta se abrió hacía dentro con determinación.
Por ella asomaron los ciento ochenta centímetros de estatura de mi futuro cuñado.”

- ¡Pendejo! ...A ti tenía ganas de verte la geta.-Me lancé sobre él, como la leona lo hace sobre el impala, a matar-

- Sé por donde van los tiros -se–excusaba Mariano- pero no es lo que tu especulativa mente ha construido.

“Carlos y Juan se acercaban por detrás en un animado cuchicheo.
Mariano no se apartaba de la vertical del dintel de la puerta.”

- ¡Que no es lo que yo imagino! ¿Saben tus neuronas enanas lo que nos ha ocurrido a Carlos y a mí en la estación? -Dispare verbalmente a Mariano en pleno rostro, para ser más exacto, le di entre las cejas con un residuo salival fruto de mi ira-




Arte inconformista.

miércoles, agosto 10, 2011

La larga espera



Como el grifo que gotea lentamente, muy lentamente. La gota de agua se balancea y cae atraída por la gravedad estrellándose en el fregadero, las salpicaduras impactan en las paredes de acero inoxidable iniciando un descenso lento y errático hacía el sumidero. Los regueros se unen como afluentes de un gran rio alimentados por las salpicaduras del perezoso goteo. Brillos, transparencias y destellos iluminan el brillante metal húmedo. El tapón esta puesto, unido por la cadenita de bolitas al enganche del sumidero anti-rebosamiento. Así espero a que se llene.
La percepción del tiempo se alarga cuando esperamos lo más deseado. Segundos que se trasforman en minutos, minutos convertidos en horas, horas como días, días largos a la manera de las semanas, semanas que languidecen al ritmo de los meses, meses eternos…
Tan cerca y tan lejos a la vez.


Como el grifo que gotea lentamente, muy lentamente. La gota de agua se balancea y cae atraída por la gravedad estrellándose en el fregadero, las salpicaduras impactan en las paredes de acero inoxidable iniciando un descenso lento y errático hacía el sumidero. Los regueros se unen como afluentes de un gran rio alimentados por las salpicaduras del perezoso goteo. Brillos, transparencias y destellos iluminan el brillante metal húmedo. El tapón esta puesto, unido por la cadenita de bolitas al enganche del sumidero anti-rebosamiento. Así espero a que se llene.
La percepción del tiempo se alarga cuando esperamos lo más deseado. Segundos que se trasforman en minutos, minutos convertidos en horas, horas como días, días largos a la manera de las semanas, semanas que languidecen al ritmo de los meses, meses eternos…
Tan cerca y tan lejos a la vez.

Arte inconformista.

lunes, agosto 01, 2011

"Anarquía" Detalles.

Detalles del cuadro Anarquía.



También puedes verlo "apretando" en la miniatura.

Anarquía. (Nagusirik gabe)

"La última cena"



De cómo la religión se prostituyó acostándose con reyes, y de cómo perdió todas sus virtudes por el azaroso camino de la historia.
Cuando la religión se convirtió en institución, comenzó a devorar a los que le rodeaban y no pensaban como ellos. Jerarquías y “ordenes religioso-militares” ejercían de brazos ejecutores al servicio de los poderosos. Iniciado el ciclo no supieron parar las persecuciones y los autos de fe. Por pura inercia terminaron devorándose a sí mismos.


De cómo la religión se prostituyó acostándose con reyes, y de cómo perdió todas sus virtudes por el azaroso camino de la historia.
Cuando la religión se convirtió en institución, comenzó a devorar a los que le rodeaban y no pensaban como ellos. Jerarquías y “ordenes religioso-militares” ejercían de brazos ejecutores al servicio de los poderosos. Iniciado el ciclo no supieron parar las persecuciones y los autos de fe. Por pura inercia terminaron devorándose a sí mismos.




Arte inconformista.

60ª entrega "El lobo Gallego.




- ¡La cagamos! ...Qué más puede ir mal.

- Somos gafes... -Mi primo se resignaba-

“Salimos del taxi en compañía de Ricardo que abrió el maletero. Agradecimos la tregua que nos dio la lluvia a la hora de sacar nuestras mochilas y apoyarlas, pese a la humedad, en las punteras reforzadas de nuestras botas.”

- ¡Sobrino! ¡Cuánto tiempo!

“Juan se paró frente a Carlos y a metro y medio de mí, más o menos.
Tendió la mano en señal de saludo hacía Carlos, y un servidor se dedicó expectante a la labor de analizar el comportamiento de mi primo, ante aquella vieja mano manchada de sangre, que esperaba ansiosa a que correspondieran a su saludo.”

- Si no me equivoco son más de dos años.

“Para gran sorpresa mía, Carlos fusionó su impoluta mano con la de Juan, con un enérgico apretón.
¡Por los santos herejes de todos los siglos! Me entraron ganas de vomitar y de utilizar la boca de mi tío como aspirador de aquella inmundicia... sonó un portazo de maletero.”

- Pareja... me voy, tanto gusto.

“Nos dimos las manos sin saber muy bien a que obedecía aquel ancestral ritual.”

- Adiós...

- Agur...

“Levante mi mochila y le arrebate a Carlos la suya, amenazaba lluvia y quizá con las dos manos ocupadas consiguiera evitar el saludo de “Juan el divisionario. Giré y moví un pie.”

- Y tú debes de ser Abel. -Me tendió su mano-

“¡Señor! Se podía saber que carajo había hecho tan mal, para ser merecedor de todo aquello.


“Para gran sorpresa mía, Carlos fusionó su impoluta mano con la de Juan, con un enérgico apretón.
¡Por los santos herejes de todos los siglos! Me entraron ganas de vomitar y de utilizar la boca de mi tío como aspirador de aquella inmundicia... sonó un portazo de maletero.”





Arte inconformista.

viernes, julio 29, 2011

Sensaciones...



Llegas a un pueblo donde no conoces a nadie, descargas la materia prima necesaria para el montaje de la exposición. Algunos vecinos se giran al ver ciertos cuadros de gran formato y de contenido políticamente incorrecto, hay caras de estupor en algunas personas, y de cierta afinidad en los semblantes de otros vecinos. Las obras son expuestas en un orden inicial que obedece a si forman parte de una serie o no, se sitúan unas cuantas agarradas de las manos por orden cronológico, otras se colocan anárquicamente a su antojo puramente aleatorio. Llega el día de la inauguración, entran los primeros visitantes y me siento igual de expuesto que en una playa nudista donde no hace más que llegar gente vestida.
Hay obras de contenido explicito que dejan al autor en cueros sicológicamente. Se pela el cuerpo como la piel de una naranja para dejar al descubierto los gajos de nuestra personalidad. Ser introvertido y exponerme a los demás a través de mis cuadros, es una de las cosas de esta vida que más estimulan el más ancestral de los instintos animales: La supervivencia, la huida, el ataque...


Llegas a un pueblo donde no conoces a nadie, descargas la materia prima necesaria para el montaje de la exposición. Algunos vecinos se giran al ver ciertos cuadros de gran formato y de contenido políticamente incorrecto, hay caras de estupor en algunas personas, y de cierta afinidad en los semblantes de otros vecinos. Las obras son expuestas en un orden inicial que obedece a si forman parte de una serie o no, se sitúan unas cuantas agarradas de las manos por orden cronológico, otras se colocan anárquicamente a su antojo puramente aleatorio. Llega el día de la inauguración, entran los primeros visitantes y me siento igual de expuesto que en una playa nudista donde no hace más que llegar gente vestida.
Hay obras de contenido explicito que dejan al autor en cueros sicológicamente. Se pela el cuerpo como la piel de una naranja para dejar al descubierto los gajos de nuestra personalidad. Ser introvertido y exponerme a los demás a través de mis cuadros, es una de las cosas de esta vida que más estimulan el más ancestral de los instintos animales: La supervivencia, la huida, el ataque...








Arte inconformista.

exposición Arrigorriaga II

Recuerdos de una exposición.



lunes, julio 25, 2011

59ª entrega el lobo gallego

El taxista pareció tranquilizarse un poco ante esa observación por parte de Carlos.
Yo fui preparando el importe del viaje mientras la puerta principal de la casa se abría y por ella salió alguien que a primera vista, y a segunda también, me resulto totalmente desconocido.
Sus viejas piernas se encaminaron lenta y directamente hacia nosotros. Era una persona mayor.”

- Lo siento... Os acompaño en el sentimiento, a mi entender, las abuelas son los miembros más entrañables de la familia.

“Aquel buen hombre se despedía de nosotros estropeando nuestra breve relación con aquel comentario...”

- Toma... Quédate con el cambio.

“ ...Nunca he acabado de asimilar por completo ese pésame tan comúnmente utilizado en situaciones de perdidas personales.
Como se atrevían ha decir: Te acompaño en el sentimiento, si parten del principio de desconocer cuales son con exactitud. Yo mismo era incapaz de comprender que sentía ante la perdida de la abuela, ahora que su desaparición dibujaba en el horizonte extrañas posibilidades. ¿Qué querían decir? Que si yo me alegraba con su desaparición ellos también me acompañaban en el sentimiento.”

- Gracias.

- Carlos... ¿Quién es ese? -Apunte con mis fatigados ojos al personaje que se situaba en aquel preciso momento, en el ecuador de la distancia que mediaba entre la puerta y el taxi. Sus pasos eran lentos pero decididos, no se apoyaba en ningún bastón-

- Adivina, adivinanza...

“Volví la mirada hacía Carlos con cara -supongo- de pocos amigos.”

- Déjate de chorradas... ¿Quién es? -Tiré de las riendas para frenar el mastodóntico deseo de estrangularlo allí mismo, me gustaría saber que opinaba Ricardo de aquella demostración de afecto-

- Juan... es Juan, el veterano de guerra.

“Miré embobado a Carlos. Mi moral cayo en picado como un “stuka” alemán estrellándose contra el suelo.”


“El taxista pareció tranquilizarse un poco ante esa observación por parte de Carlos.
Yo fui preparando el importe del viaje mientras la puerta principal de la casa se abría y por ella salió alguien que a primera vista, y a segunda también, me resulto totalmente desconocido.
Sus viejas piernas se encaminaron lenta y directamente hacia nosotros. Era una persona mayor.”




Arte inconformista.

jueves, julio 21, 2011

MakuluKen

Si os gustan los ritmos africanos, el reggae y la percusión, es más que recomendable una visita a este espacio músical.


http://www.myspace.com/makuluken

viernes, julio 01, 2011

45ª entrega.

“Mi dispersa mente en la mar de los sueños recuperó su morfología habitual de golpe y porrazo, gracias a un brusco frenazo efectuado sobre gravilla que hizo impactar mi cabeza contra la ventanilla.
Una vaca cruzaba delante del coche con su peculiar paso cansino guiada por un paisano.
Maldije por lo bajo al vidrio, y al padre, y la madre y los hermanos del descubridor de sus propiedades en la antigüedad.”

- Bueno... -Nos sonreía el taxista-... Estamos en el pueblo, si me decís a que parte exacta del mismo vais os llevo.

“Le mire ceñudamente, compartía junto al descubridor de las propiedades del vidrio, la atención de mi ataque de ira.”

- Por la ostia monetaria que nos vas ha dar, y por la “leche” literal que acabo de darme, no esperamos menos de ti... Carlos ¿Estas despierto?

- A medias...

- ¿Por donde?...Esto ha cambiado un poco en los últimos cuatro años.

“Carlos se desperezó y su expresión facial se transformo como por arte de meigas, se notaba una barbaridad que había llegado a casa. Sentimientos, que en aquellas circunstancias yo no podía compartir.
En mi sana opinión, me encontraba en territorio hostil, por decirlo así, en la antesala de lo que no se quiere saber.”

- Tuerce a la derecha y sigue recto... Ya te indicare luego por donde has de ir.

“ El animal y el pueblerino nos miraron con ojos vacunos.”

- Ni que le hubieras atropellado el ganado. -Le dije-

- Lo abre asustado... -El coche reanudó la marcha-

“Lentamente fui reconociendo las calles y algunos puntos concretos del pueblo que quedaron impresos en mi memoria
tras mi última y breve visita a Galicia de hacía cuatro años.”

- Ahora en ese cruce a la izquierda, y prácticamente hemos llegado.

“Pues si, aquella zona del pueblo la recordaba a la perfección. Era como una fotografía impresa a todo color en mi banco de datos orgánico.
Una desviación a la derecha, un recorrido de unos cien metros, un nuevo giro a la izquierda y un recorrido más breve, de unos cincuenta metros... y ¡Bingo!
Por fin la conclusión de nuestro periplo. O por lo menos aquello creía inocentemente yo.
Dejó de llover y un solitario rayo de luz acarició el salpicadero del Mercedes deslumbrándonos levemente”

- Ahora a la derecha...

“El Mercedes giró a la derecha y comenzó ha rodar derrapando ligeramente por el camino de gravilla, dejamos atrás un viejo y abandonado hórreo de piedra, y de repente, tras unos árboles centenarios, apareció la maciza casa de piedra de sillería de “la familia.”

- ¿Qué pasa aquí? -Se sorprendió Ricardo-

“Medía docena de hombres vestidos de caza y con escopetas al hombro nos miraban.
Frente a la puerta principal de la casa se hallaba aparcado cual cuervo negro, un amplio coche fúnebre, de cuyos costados pendían coronas fúnebres. Una docena de vehículos formaban guardia ante el centenario caserón.”

- No sé si debo decirte que no-pasa nada extraño... La cuestión es que nuestro viaje obedece las ordenes de un funeral... Nuestra Abuela...



“Mi dispersa mente en la mar de los sueños recuperó su morfología habitual de golpe y porrazo, gracias a un brusco frenazo efectuado sobre gravilla que hizo impactar mi cabeza contra la ventanilla.
Una vaca cruzaba delante del coche con su peculiar paso cansino guiada por un paisano.
Maldije por lo bajo al vidrio, y al padre, y la madre y los hermanos del descubridor de sus propiedades en la antigüedad.”

“Pues si, aquella zona del pueblo la recordaba a la perfección. Era como una fotografía impresa a todo color en mi banco de datos orgánico.
Una desviación a la derecha, un recorrido de unos cien metros, un nuevo giro a la izquierda y un recorrido más breve, de unos cincuenta metros... y ¡Bingo!
Por fin la conclusión de nuestro periplo. O por lo menos aquello creía inocentemente yo.
Dejó de llover y un solitario rayo de luz acarició el salpicadero del Mercedes deslumbrándonos levemente”

- Ahora a la derecha...

“El Mercedes giró a la derecha y comenzó ha rodar derrapando ligeramente por el camino de gravilla, dejamos atrás un viejo y abandonado hórreo de piedra, y de repente, tras unos árboles centenarios, apareció la maciza casa de piedra de sillería de “la familia.”

- ¿Qué pasa aquí? -Se sorprendió Ricardo-

“Medía docena de hombres vestidos de caza y con escopetas al hombro nos miraban.
Frente a la puerta principal de la casa se hallaba aparcado cual cuervo negro, un amplio coche fúnebre, de cuyos costados pendían coronas fúnebres. Una docena de vehículos formaban guardia ante el centenario caserón.”


- No sé si debo decirte que no-pasa nada extraño... La cuestión es que nuestro viaje obedece las ordenes de un funeral... Nuestra Abuela...





Arte inconformista.

domingo, junio 26, 2011

44ª entrega.


- Tenéis toda la razón...-Ponía Carlos su propia especia para condimentar aquella conversación- ...Cambiaría mi hipotética cama, por un buen plato de cocido lleno ha rebosar de cerdo.

“Aprobamos el comentario por unanimidad. Por todos los santos corruptos del calendario, que hambre tenia.”

- Sabéis que me ha entrado hambre con esta conversación. -Se relamía Ricardo quizá pensando en algún suculento plato preparado por las expertas manos de su mujer-

“Ricardo resucitó la radio pulsando el botón adecuado, por los cuatro bafles comenzó ha salir una algarabía de noticias, cada cual más deprimente, que aturdían los sentidos.
La verdad, lo que opinara Felipe González en aquel momento, -bueno, en cualquier momento- sobre el estado de la coyuntura económica me succionaba la polla.
El comportamiento de la inflación a aquellas alturas del año me la traía al pairo, y el índice del paro registrado en el INEM no me aportaba nada positivo.”

- Estamos jodidos con estos datos... -Comentaba Ricardo el taxista-... cuanto mejor que hablaran de cocina.

- Creo que estamos todos de acuerdo...

“Poco a poco mi atención consciente se fue trasladando de las noticias radiadas, al distorsionado panorama que lograba entrever a través de la ventanilla empañada.
La radio comenzó ha ser un rumor apenas audible para mi hastiada mente.
Del mismo modo que el murmullo de un riachuelo, cuyas veloces aguas desgastaran y pulieran las piedras del fondo, mi conciencia se fue erosionando de igual manera que las piedras del lecho, disolviéndose en la corriente y siendo arrastrada a la desembocadura del mar de los sueños.”


- Tenéis toda la razón...-Ponía Carlos su propia especia para condimentar aquella conversación- ...Cambiaría mi hipotética cama, por un buen plato de cocido lleno ha rebosar de cerdo.

“Aprobamos el comentario por unanimidad. Por todos los santos corruptos del calendario, que hambre tenia.”

- Sabéis que me ha entrado hambre con esta conversación. -Se relamía Ricardo quizá pensando en algún suculento plato preparado por las expertas manos de su mujer-

“Ricardo resucitó la radio pulsando el botón adecuado, por los cuatro bafles comenzó ha salir una algarabía de noticias, cada cual más deprimente, que aturdían los sentidos.
La verdad, lo que opinara Felipe González en aquel momento, -bueno, en cualquier momento- sobre el estado de la coyuntura económica me succionaba la polla.
El comportamiento de la inflación a aquellas alturas del año me la traía al pairo, y el índice del paro registrado en el INEM no me aportaba nada positivo.”

- Estamos jodidos con estos datos... -Comentaba Ricardo el taxista-... cuanto mejor que hablaran de cocina.

- Creo que estamos todos de acuerdo...

“Poco a poco mi atención consciente se fue trasladando de las noticias radiadas, al distorsionado panorama que lograba entrever a través de la ventanilla empañada.
La radio comenzó ha ser un rumor apenas audible para mi hastiada mente.
Del mismo modo que el murmullo de un riachuelo, cuyas veloces aguas desgastaran y pulieran las piedras del fondo, mi conciencia se fue erosionando de igual manera que las piedras del lecho, disolviéndose en la corriente y siendo arrastrada a la desembocadura del mar de los sueños.”




Arte inconformista.

sábado, junio 18, 2011

El armario empotrado 3ª parte.




Oscuridad total al retroceder sentado en el suelo hasta el fondo del armario. Abrigos colgados en las oscilantes perchas le acarician el pelo, mangas de camisas le rozan la cara, rígidos pantalones le tocan el hombro. Sus manos al recorrer el suelo palpan cordones de zapatos náufragos. El mundo de la quietud ha sido profanado, sus leyes violadas, la intimidad denostada.
El pulso se acelera, la respiración aumenta el ritmo, la perrita se remueve inquieta en su regazo. Necesita calmarse, solo es el interior de un armario empotrado. Pero algo le susurra que manos ajenas le agarraran por la espalda y desaparecerán engullidos en extrañas oquedades ocultas a la luz del día. Acaricia el lomo de su amiga canida, percibe cierto temblor en el fiel animal. Cierra los ojos, abre los ojos, cierra el izquierdo, abre el derecho, cierra el derecho, abre el izquierdo, todas las combinaciones, varias secuencias, rápido parpadeo en la oscuridad, extrañas luces que se van extinguiendo en su periferia visual. Olores fuertes que se acomodan en su nariz, olfato saturándose de agresiones olfativas.
El tiempo…
Su ajado reloj de pulso muestra las verdes agujas luminiscentes con cierto cansancio, el segundero se mueve lentamente, fina aguja que marca el tic, tac del tiempo. Su percepción del paso de los minutos se dilata. En la oscuridad los segundos se trasforman en minutos, los minutos en largas horas, y sospecha que las largas horas en interminables días. ¿Cuánto tardaran en echarles en falta?
La hermana llama a la perrita, los restos de la cena han sido añadidos a su arroz, es su hora de comer. El desafío es extremo, como controlar su instinto comilón. Caricias y friegas parecen calmarla de momento, los higos pasos que lleva en el bolsillo son un recurso de última hora.
El reducido campo de visión que se le ofrece mirando por el ojo de la arcaica cerradura fuera de servicio debido a los goterones de pintura que han bloqueado su mecanismo, es reducido, pero suficiente para sus inconclusos planes.
Atisba desde su posición la entrada de la salita de estar, la alfombra enmarcada en dorado muestra cuatro gatitos vistos de frente. Su hermana mira y desaparece en dirección a la habitación del muchacho. La perrita se revela, conoce perfectamente su hora devoradora de comida. Un higo paso, estimula su olfato y calma su cuerpecito. Segundos remolones en el reloj. Sabe que no puede permanecer indefinidamente en un lugar de tan reducidas dimensiones. Pega la boca al agujero de la cerradura e inhala aire fresco, con cierto regusto a tiempos pasados. Alterna boca y ojo en tan reducido orificio.
Su hermana entra en tropel de nuevo a la sala, llega hasta la puerta del balcón y asoma la cabeza fuera, su hermano tampoco está escondido detrás de las largas persianas de madera pintadas en verde oliva. Su cuerpo oculta el reducido campo visual que se atisba desde el ojo de la cerradura. Tiene la impresión de que ella a su vez mirara por el mismo agujero que él. Su hermana tantea las puertas, parece que han quedado bien cerradas desde el interior, el niño tranquiliza a la perrita con otro higo paso. Pasos que se alejan en otra dirección, dominio visual recuperado. Cierto alboroto en la gran cocina. Se escuchan llamadas a la perrita, suena su nombre en tono imperativo, sabe que obra mal y relame su venganza con cierto pesar.
La perrita comienza a ser incontrolable, la inactividad está agotando su capacidad de aguantar en sitios cerrados, su instinto la invita a huir a espacios abiertos. Él mismo siente que necesita aire fresco. Ha iniciado una cascada de acontecimientos en el pequeño universo familiar que volcara a su madre en su busca.
El mango de la cucharilla brilla en el punto exacto, su madre sabe como abrir el armario empotrado. Reprimenda mayúscula, el animal tiene que bajar acompañado a la calle para hacer de lo suyo. La pérdida de tiempo no entra en los planes de la madre. Su hermana mayor es mandada a preparar una de las maletas, mientras él recibe la consigna de bajar a la perrita durante un cuarto de hora. Tiempo máximo.
La madre cede a regañadientes, ya hablaran del castigo en destino. El hijo disfruta del encuentro con sus amiguitos en la plaza de los charcos. La perrita corre feliz tras un gato. Piensa en la posibilidad de estirar la escapada, fingiendo la búsqueda del animalito desbocado tras los pequeños felinos del barrio.
Su nombre en diminutivo sonara transcurridos quince minutos.


Oscuridad total al retroceder sentado en el suelo hasta el fondo del armario. Abrigos colgados en las oscilantes perchas le acarician el pelo, mangas de camisas le rozan la cara, rígidos pantalones le tocan el hombro. Sus manos al recorrer el suelo palpan cordones de zapatos náufragos. El mundo de la quietud ha sido profanado, sus leyes violadas, la intimidad denostada.
El pulso se acelera, la respiración aumenta el ritmo, la perrita se remueve inquieta en su regazo. Necesita calmarse, solo es el interior de un armario empotrado. Pero algo le susurra que manos ajenas le agarraran por la espalda y desaparecerán engullidos en extrañas oquedades ocultas a la luz del día. Acaricia el lomo de su amiga canida, percibe cierto temblor en el fiel animal. Cierra los ojos, abre los ojos, cierra el izquierdo, abre el derecho, cierra el derecho, abre el izquierdo, todas las combinaciones, varias secuencias, rápido parpadeo en la oscuridad, extrañas luces que se van extinguiendo en su periferia visual. Olores fuertes que se acomodan en su nariz, olfato saturándose de agresiones olfativas.
El tiempo…
Su ajado reloj de pulso muestra las verdes agujas luminiscentes con cierto cansancio, el segundero se mueve lentamente, fina aguja que marca el tic, tac del tiempo. Su percepción del paso de los minutos se dilata. En la oscuridad los segundos se trasforman en minutos, los minutos en largas horas, y sospecha que las largas horas en interminables días. ¿Cuánto tardaran en echarles en falta?
La hermana llama a la perrita, los restos de la cena han sido añadidos a su arroz, es su hora de comer. El desafío es extremo, como controlar su instinto comilón. Caricias y friegas parecen calmarla de momento, los higos pasos que lleva en el bolsillo son un recurso de última hora.
El reducido campo de visión que se le ofrece mirando por el ojo de la arcaica cerradura fuera de servicio debido a los goterones de pintura que han bloqueado su mecanismo, es reducido, pero suficiente para sus inconclusos planes.
Atisba desde su posición la entrada de la salita de estar, la alfombra enmarcada en dorado muestra cuatro gatitos vistos de frente. Su hermana mira y desaparece en dirección a la habitación del muchacho. La perrita se revela, conoce perfectamente su hora devoradora de comida. Un higo paso, estimula su olfato y calma su cuerpecito. Segundos remolones en el reloj. Sabe que no puede permanecer indefinidamente en un lugar de tan reducidas dimensiones. Pega la boca al agujero de la cerradura e inhala aire fresco, con cierto regusto a tiempos pasados. Alterna boca y ojo en tan reducido orificio.
Su hermana entra en tropel de nuevo a la sala, llega hasta la puerta del balcón y asoma la cabeza fuera, su hermano tampoco está escondido detrás de las largas persianas de madera pintadas en verde oliva. Su cuerpo oculta el reducido campo visual que se atisba desde el ojo de la cerradura. Tiene la impresión de que ella a su vez mirara por el mismo agujero que él. Su hermana tantea las puertas, parece que han quedado bien cerradas desde el interior, el niño tranquiliza a la perrita con otro higo paso. Pasos que se alejan en otra dirección, dominio visual recuperado. Cierto alboroto en la gran cocina. Se escuchan llamadas a la perrita, suena su nombre en tono imperativo, sabe que obra mal y relame su venganza con cierto pesar.




Arte inconformista.

viernes, junio 10, 2011

Patriotas económicos

Compran YUNDAIS, HONDAS,TATAS, MISUBISIS y demás marcas asiáticas. Se ahorran unos euros para consumir más bisutería electrónica del mundo de la mano de obra barata, y de los regímenes dictatoriales. Son patriotas españoles que botan a los dos partidos hegemónicos. Son patriotas que ahorrándose unos eurillos van desmantelando la economía nacional y europea.
Los patriotas empresarios deslocalizan las empresas llevándose la producción a otras latitudes, el patriota obrero compra productos de importación, fabricados en condiciones laborales paupérrimas. Su hijo estará en el paro. La inteligencia a medio y largo plazo del consumidor es deficitaria.
No puedes dar de comer a quien les robara el pan a tus hijos, es una cuestión práctica.
El verdadero patriota español debería conducir un SEAT, sus electrodomésticos ser FAGOR, y anteponer en sus compras los productos nacionales y europeos ante los demás.
Depositar una puta papeleta en una urna carente de contenido, no levanta un país. Nuestras minúsculas acciones multiplicadas por los millones que somos, tienen el potencial de crear riqueza laboral en nuestra vapuleada nación.
El comercio internacional no es justo, ni ecológico. ¿Comprar piñas que viajan en avión?
Como obreros tenemos que aceptar el hecho de que si queremos mantener nuestros derechos de clase, tenemos la obligación de comprar en clave nacional y europea. Penalizar en nuestra bolsa de la compra a las empresas y marcas que nos han robado nuestro trabajo.
Que podemos opinar de los políticos nacionales, esos que deberían velar por nuestro bienestar. Que podemos pensar, que son una autentica vergüenza, que ordenan pisotear la dignidad de los indignados del movimiento 15-MAYO.
Oírles hablar ofende al oído. Son unos verdaderos indeseables que ocupan todas nuestras instituciones públicas, hacen lo contrario a lo prometido en sus programas electorales, se arrodillan ante el capital y la banca. Regalan nuestro dinero para mantener un sistema financiero pensado únicamente en los réditos económicos.
¿Vais a seguir votándoles? ¿Vais a seguir absteniéndoos? ¿Sois patriotas?


Compran YUNDAIS, HONDAS,TATAS, MISUBISIS y demás marcas asiáticas. Se ahorran unos euros para consumir más bisutería electrónica del mundo de la mano de obra barata, y de los regímenes dictatoriales. Son patriotas españoles que botan a los dos partidos hegemónicos. Son patriotas que ahorrándose unos eurillos van desmantelando la economía nacional y europea.
Los patriotas empresarios deslocalizan las empresas llevándose la producción a otras latitudes, el patriota obrero compra productos de importación, fabricados en condiciones laborales paupérrimas. Su hijo estará en el paro. La inteligencia a medio y largo plazo del consumidor es deficitaria.
No puedes dar de comer a quien les robara el pan a tus hijos, es una cuestión práctica.
El verdadero patriota español debería conducir un SEAT, sus electrodomésticos ser FAGOR, y anteponer en sus compras los productos nacionales y europeos ante los demás.
Depositar una puta papeleta en una urna carente de contenido, no levanta un país. Nuestras minúsculas acciones multiplicadas por los millones que somos, tienen el potencial de crear riqueza laboral en nuestra vapuleada nación.
El comercio internacional no es justo, ni ecológico. ¿Comprar piñas que viajan en avión?
Como obreros tenemos que aceptar el hecho de que si queremos mantener nuestros derechos de clase, tenemos la obligación de comprar en clave nacional y europea. Penalizar en nuestra bolsa de la compra a las empresas y marcas que nos han robado nuestro trabajo.
Que podemos opinar de los políticos nacionales, esos que deberían velar por nuestro bienestar. Que podemos pensar, que son una autentica vergüenza, que ordenan pisotear la dignidad de los indignados del movimiento 15-MAYO.
Oírles hablar ofende al oído. Son unos verdaderos indeseables que ocupan todas nuestras instituciones públicas, hacen lo contrario a lo prometido en sus programas electorales, se arrodillan ante el capital y la banca. Regalan nuestro dinero para mantener un sistema financiero pensado únicamente en los réditos económicos.
¿Vais a seguir votándoles? ¿Vais a seguir absteniéndoos? ¿Sois patriotas?
Arte inconformista.