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lunes, enero 09, 2012

73ª entrega El lobo Gallego.

El lobo Gallego.



- No importa... Yo hablo gallego todos los días y simpatizo con los pueblos hermanos. Por mí podéis hablarlo cuando queráis y ante quien os apetezca.

“No supe si aquel comentario buscaba mi complicidad obedeciendo a una estrategia trazada por el lobo, o por el contrario, era cosecha propia de su lugarteniente.”

- Ya, pero para no liarnos podemos llegar a un acuerdo a cumplir cuando coincidamos, -terció Mariano- utilizaremos la lengua que tenemos en común.

- Me parece bien -respondió Raquel- tengo prisa, creo que tu habitación es la de la izquierda, ya nos veremos en la cena.

-Hasta luego Raquel.

-Adiós.

“En apenas siete segundos, Raquel inició el descenso por las escaleras y en otros cuatro desapareció de nuestro campo visual y auditivo.”

- Eta zuek, orain nora zoazte? -pregunté a mi hermana-

- Porqué no probamos con el castellano -intervino Mariano- aunque no me importaría contribuir a que esta casa se convirtiera en la torre de Babel.

- Tu parecido con Nenrod, es igual a mi parecido con Atila. Yo solo quiero saber a donde vais, y la lengua vernácula que utilices al responderme, si quieres, puede ser la de Babilonia.

“Mi futuro cuñado me mostró su perfil Egipcio de barriga cervecera, y se suponía que estábamos de duelo.”

- Nosotros vamos al pueblo ya que la farmacia está de guardia, -contestó Isa a mi pregunta en Euskera- con las prisas olvidé la medicación.

- Si quieres -me vaciló Mariano- podemos recoger la tuya.

“Decididamente íbamos ha tener trifulca para rato. Dadas sus ganas de sostener nuestra reyerta hasta el mismo límite de lo tolerable en aquellas circunstancias.”

- No gracias. -Le respondí- ya cogeré lo que necesite de tu maleta.




- No importa... Yo hablo gallego todos los días y simpatizo con los pueblos hermanos. Por mí podéis hablarlo cuando queráis y ante quien os apetezca. “No supe si aquel comentario buscaba mi complicidad obedeciendo a una estrategia trazada por el lobo, o por el contrario, era cosecha propia de su lugarteniente.” - Ya, pero para no liarnos podemos llegar a un acuerdo a cumplir cuando coincidamos, -terció Mariano- utilizaremos la lengua que tenemos en común. - Me parece bien -respondió Raquel- tengo prisa, creo que tu habitación es la de la izquierda, ya nos veremos en la cena. -Hasta luego Raquel. -Adiós. “En apenas siete segundos, Raquel inició el descenso por las escaleras y en otros cuatro desapareció de nuestro campo visual y auditivo.” - Eta zuek, orain nora zoazte? -pregunté a mi hermana-



Arte inconformista.