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martes, mayo 17, 2011

Pintura novel

Os invito a visitar la web de esta joven pintora…
El arte es más que una tendencia artística, es una forma de vivir.

Clica en la imágen o en el link:http://aintzaneserna.es.tl/




viernes, mayo 06, 2011

42ª entrega,



-Aún nos quedan unos tres cuartos de hora para llegar, minuto arriba, minuto abajo. -Respondía y satisfacía Ricardo nuestra en aquel momento ya común curiosidad-

“Al salir de una pronunciada curva, apareció ante nosotros en todo su gris-azulado esplendor, el encabritado océano Atlántico.”

- ¡Dios, que ganas tengo de pillar la cama, mi cama, y no abandonarla jamás...-Murmuraba mi primo con la cabeza apoyada en la húmeda ventanilla-

“Mire fijamente a Carlos, mientras mis ofendidas tripas me ofrendaban con un impresionante concierto de gruñidos y retorcijones intestinales... pobre palmera de chocolate.”

- Sabes que te digo... -Hice una pequeña pausa-... Yo ahora mismo me comería tu cama, las sabanas, la almohada, el colchón, las mantas y el peluche de la colcha con esta incluida.

-¿Cuánto tiempo llevamos sin comer en condiciones? No consigo recordar en que momento dejamos de comer desde que llegaste a Donosita.

“Carlos se giró hacía mi, la marca de su pelo rizado quedó impresa en el vaho de la ventanilla.”

- Te olvidas de la palmera de hace un rato, ¿No te ha calmado tu voraz apetito?

“En pleno océano atlántico, a lo lejos, un diminuto y frágil barco pesquero envuelto por la leve bruma, se mecía al son que marcaba el oleaje de fuerza dos.”

- Tú le llamas comida a cualquier cosa. -Volví la mirada hacía mi primo- Mas que aplacar mi apetito, lo que ha hecho es azuzarlo hasta limites intolerables... Estoy en la tierra del buen comer, tanto en calidad como en cantidad, y un servidor tiene más hambre que una hiena del Serengueti en la época seca... Lo que daría por un buen plato, humeante y sabroso, de caldo gallego lleno a rebosar de carne de “txerri”.

“Y volví nostálgicamente la mirada al inmenso océano atlántico, donde el pequeño barco proseguía su particular duelo con el encabritado mar.”

¿Sería uno de los barcos de Antonio? ¿Iría Juan en él? O más bien ¿Sería uno de los barcos de la abuela Carmen?...


-Aún nos quedan unos tres cuartos de hora para llegar, minuto arriba, minuto abajo. -Respondía y satisfacía Ricardo nuestra en aquel momento ya común curiosidad-

“Al salir de una pronunciada curva, apareció ante nosotros en todo su gris-azulado esplendor, el encabritado océano Atlántico.”

- ¡Dios, que ganas tengo de pillar la cama, mi cama, y no abandonarla jamás...-Murmuraba mi primo con la cabeza apoyada en la húmeda ventanilla-

“Mire fijamente a Carlos, mientras mis ofendidas tripas me ofrendaban con un impresionante concierto de gruñidos y retorcijones intestinales... pobre palmera de chocolate.”

- Sabes que te digo... -Hice una pequeña pausa-... Yo ahora mismo me comería tu cama, las sabanas, la almohada, el colchón, las mantas y el peluche de la colcha con esta incluida.

-¿Cuánto tiempo llevamos sin comer en condiciones? No consigo recordar en que momento dejamos de comer desde que llegaste a Donosita.



Arte inconformista.