BANNER página WEB.

Buscar

sábado, mayo 15, 2010

26ª ENTREGA

El lobo Gallego.

Desgraciadamente fueron inútiles todos los esfuerzos por mi parte.
A continuación, todas las glándulas sudoripedas de mi angustiado cuerpo comenzaron ha segregar líquidos de una
manera alarmante, en una infructuosa tentativa de mantener estable mi en ascenso temperatura corporal.
Regueros de sudor brotaron de mi epidermis serpenteando en descenso por toda mi piel.
Intente limpiarme la frente del viscoso sudor, no pude. Mis brazos y por extensión mis obedientes manos se negaron ha cumplir mis deseos.
Mis piernas dejaron de andar, mis pies se anclaron en el frío suelo, y yo quede en posición de firmes frente el ataúd y entre los dos primeros cirios azules... ¡Mierda! ¿No eran rojos hace un momento? -Me interrogue acojonado a mí mismo- A mis pies aparecieron dos coronas, cuyas cintas doradas rezaban respectivamente: “Fuisteis tan buenos.” “Jamás os olvidaremos.” ...¡Otra vez Mierda! ¿Porqué pluralizaban aquellas dos putas cintas?
Solo había una caja, he incluso era excesivamente pequeña para dar cobijo a un cuerpo adulto de termino medio.

mis pies se anclaron en el frío suelo
Mis pies se anclaron en el frio suelo


Página 38.

Visita la web: Clíca aquí.



lunes, mayo 10, 2010

25 entrega

El lobo Gallego.


“El sellado ataúd descansaba todo su peso muerto sobre dos robustos caballetes de su mismo color, negro.
No existía presencia humana tangible en la habitación, exceptuándome a mí mismo. La escasa luz que forzaba la densa penumbra, procedía de 4 gruesos cirios rojos situados a la cabecera y a los pies de la caja mortuoria.
Mi sistema olfativo recogía y analizaba una fuerte fragancia procedente de las coronas de flores. Apoyadas en caballetes y repartidas a lo largo de las paredes de la estancia.
En ellas se podían leer en gruesas letras negras enmarcadas de dorado las siguientes inscripciones: “Recuerdo de tu marido, hijos y hermanos.” “Jamás te olvidaremos.” “Te echaremos de menos.”...Y así hasta la pared del fondo.
Lentamente mis ojos fueron leyendo y saltando de cinta en cinta, hasta quedar fijamente clavados en el féretro y en las oscilantes llamas de las velas.
Mis pies comenzaron ha avanzar despacio directamente al encuentro de la negra caja. Ante esta acción involuntaria por parte de mis piernas, grandes cantidades de adrenalina fueron volcadas en mi torrente sanguíneo y comenzaron ha estimular mi organismo, obedeciendo una tajante orden electroquímica de mi cerebro.
No era para menos, mis pies avanzaban con criterio propio, sin tener en cuenta para nada, mis fuertes deseos de salir corriendo.
Lo intente... miles de veces.


Mis pies comenzaron ha avanzar despacio...


Visita la web: Aquí.
Página 37.

viernes, mayo 07, 2010

24 entrega

El lobo Gallego.


- No soy juez, ni pretendo serlo. Pero en síntesis te diré, que a partir de ahora no existe para mí.

- Ya... eso quisiera yo, -bostezó Carlos- que no existiera.

“Sin apenas percibirlo y poco a poco, nos fuimos sumiendo en las envolventes tinieblas de la inconsciencia. Creo recordar difusa y subliminalmente, que el expreso efectuó varias paradas un tanto prolongadas y que la maldita puerta se abrió y se cerró media docena de veces por lo menos.
A esas alturas de la noche me situaba en una especie de hibernación semi-inconsciente, plagadísima de despiadadas y nutridas pesadillas, que me arrastraban repetidas veces del mundo de los sueños. Haciendo coincidir mis breves vigilias, unas veces con la parada del mas que ruidoso tren en una mas que iluminada estación. Otras con el abrir y cerrar de la puerta corredera del puto compartimiento, y otras veces con la aceleración o desaceleración de aquel maldito tren. Lo último que
recuerdo antes de caer total he incondicionalmente a los pies del cansancio, era la voz de Carlos hablando en
sueños, decía algo así como: Puta cocaína... Dejadme en paz... ¿Qué ha hecho él? ... ¡Os vais ha acordar de esta!

Y aquel puto tren siguió avanzando en la oscura y fría noche de aquel ya 24 de Diciembre de 1987.”




"El lobo Gallego... El lobo Gallego... El lobo Gallego... Las preguntas revoloteaban como buitres en el cielo a la vista de posible carroña."
...A esas alturas de la noche me situaba en una especie de hibernación semi-inconsciente, plagadísima de despiadadas y nutridas pesadillas, que me arrastraban repetidas veces del mundo de los sueños. Haciendo coincidir mis breves vigilias, unas veces con la parada del mas que ruidoso tren en una mas que iluminada estación. Otras con el abrir y cerrar de la puerta corredera del puto compartimiento, y otras veces con la aceleración o desaceleración de aquel maldito tren. Lo último que
recuerdo antes de caer total he incondicionalmente a los pies del cansancio, era la voz de Carlos hablando en
sueños, decía algo así como: Puta cocaína... Dejadme en paz... ¿Qué ha hecho él? ... ¡Os vais ha acordar de esta!
Y aquel puto tren siguió avanzando en la oscura y fría noche de aquel ya 24 de Diciembre de 1987.”
...