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miércoles, enero 14, 2015

101ª entrega

El lobGallego.


“Una vez identificadas las principales piezas del juego, quedaban por descubrir las piezas intermedias; Torres, alfiles y caballos. Los peones estaba claro quienes éramos.”

 - Esperaremos al desarrollo de los acontecimientos para decidir nuestra postura final, que se guiara por los que creemos que son los últimos deseos de la abuela.

 - Hablas por ti, o incluyes a ciertos neutrales. 

 “Se giró y reinició su caminata por el dormitorio, la seguí convencido de que mi madre era incapaz de estar con los brazos cruzados mientras se guisaba la carne.”

 - Hablo de tía Celia, de tía Maruja, y de mí. 

 - Entonces... –-Calculé- Sois suficientes para inclinar la balanza a la hora de fundar la sociedad cooperativa y no desmembrar la herencia de los abuelos en dieciséis partes.

 - Si se trata de eso, supongo que sí.

Detalle de autorretrato
 - Que otro salida le quedaba a la abuela para obligar a su hijo Antonio al abandono de ciertas actividades delictivas.

 “Nos volvimos a parar en el centro de la habitación, no resultaba creíble que El lobo quisiera abandonar su actual estilo de vida. Resultaba más fácil pensar que sus intenciones fueran controlar la sociedad cooperativa limitada y erigirse en rector de la misma.” 

 - Recuerda que tu padre no quiere saber nada de este asunto, con su familia tiene suficiente. 

 - Tranquila... Entonces solo nos queda esperar. -Mentí otra vez-

 - Esperar y rezar para que la abuela obrara con buen juicio cuando redactó sus últimas voluntades, no se trata de dinero, gracias a Dios no lo necesitamos, se trata de conservar intacto su sueño de poder vivir como una gran familia trabajando y siendo dueños de nosotros mismos.

 - No me vengas con mudanzas indeseadas a estas alturas de la vida. -Me sobresalté ante la perspectiva-




“Una vez identificadas las principales piezas del juego, quedaban por descubrir las piezas intermedias; Torres, alfiles y caballos. Los peones estaba claro quienes éramos.” - Esperaremos al desarrollo de los acontecimientos para decidir nuestra postura final, que se guiara por los que creemos que son los últimos deseos de la abuela. - Hablas por ti, o incluyes a ciertos neutrales. “Se giró y reinició su caminata por el dormitorio, la seguí convencido de que mi madre era incapaz de estar con los brazos cruzados mientras se guisaba la carne.” - Hablo de tía Celia, de tía Maruja, y de mí. - Entonces... –-Calculé- Sois suficientes para inclinar la balanza a la hora de fundar la sociedad cooperativa y no desmembrar la herencia de los abuelos en dieciséis partes. - Si se trata de eso, supongo que sí. - Que otro salida le quedaba a la abuela para obligar a su hijo Antonio al abandono de ciertas actividades delictivas. –-Cada vez me resultaba más natural hablar de la familia con sus debidas palabras- “Nos volvimos a parar en el centro de la habitación, no resultaba creíble que El lobo quisiera abandonar su actual estilo de vida. Resultaba más fácil pensar que sus intenciones fueran controlar la sociedad cooperativa limitada y erigirse en rector de la misma.” - Recuerda que tu padre no quiere saber nada de este asunto, con su familia tiene suficiente. - Tranquila... Entonces solo nos queda esperar. -Mentí otra vez- - Esperar y rezar para que la abuela obrara con buen juicio cuando redactó sus últimas voluntades, no se trata de dinero, gracias a Dios no lo necesitamos, se trata de conservar intacto su sueño de poder vivir como una gran familia trabajando y siendo dueños de nosotros mismos. - No me vengas con mudanzas indeseadas a estas alturas de la vida. -Me sobresalté ante la perspectiva-


Arte inconformista.