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domingo, junio 15, 2014

100ª entrega

El lobGallego.


- Sí, y además de concejal en el ayuntamiento es la mano derecha de Felipe y socio de un bufete de abogados en Santiago de Compostela. 

 - Vaya, vaya...

 - Felipe se deslomó trabajando para la abuela por dos, quería que su hermanito Enrique estudiara en la universidad y convenció a la abuela que tener un abogado en la familia no podía ser malo.

 “Rey de negras, tío Antonio. Rey de blancas, tío Felipe. Reina de blancas, prima Raquel. Reina de blancas, tío Enrique.” 

 - Sabes que tu tío Enrique mantiene una relación muy intensa con tu primo Carlos. 

 “Sorpresa. El capullo de Carlos sin mencionar ni una sola palabra de interés sobre las blancas.”

 - No, -mentí- nunca hablamos del enfrentamiento, ni de las relaciones positivas que se dan en la familia. 

“Mi madre me miró con cara de incredulidad, sabía que nuestras noches de juerga no versaban solo en mujeres y alcohol.”

 - A pesar de la distancia que les ha separado estos dos últimos años -me dijo confidencialmente mi madre- han sabido mantener el trato, ya que antes les he oído hablar de cartas y llamadas telefónicas. 

 “Habíamos llegado otra vez a la altura de la empañada ventana. Nos quedamos un rato pensando en nuestra particular visión del asunto y en la posibilidad de que la abuela nos sorprendiera incluso después de habernos abandonado.”

 - Esta claro que vosotros vais ha ser las piezas grises en esta partida de ajedrez a tres bandas -le–susurré a mi madre- 

 “Me observó con ojos tristes, su querida madre emprendió viaje sin conseguir arreglar los asuntos de este mundo en lo referente a su numerosa descendencia.”

 - No quiero más divisiones... Es lo que más odiaba la abuela Carmen. 

 - Ya las hay de facto. -Me sentí cruel-




- Sí, y además de concejal en el ayuntamiento es la mano derecha de Felipe y socio de un bufete de abogados en Santiago de Compostela. - Vaya, vaya... - Felipe se deslomó trabajando para la abuela por dos, quería que su hermanito Enrique estudiara en la universidad y convenció a la abuela que tener un abogado en la familia no podía ser malo. “Rey de negras, tío Antonio. Rey de blancas, tío Felipe. Reina de blancas, prima Raquel. Reina de blancas, tío Enrique.” - Sabes que tu tío Enrique mantiene una relación muy intensa con tu primo Carlos. “Sorpresa. El capullo de Carlos sin mencionar ni una sola palabra de interés sobre las blancas.” - No, -mentí- nunca hablamos del enfrentamiento, ni de las relaciones positivas que se dan en la familia. – “Mi madre me miró con cara de incredulidad, sabía que nuestras noches de juerga no versaban solo en mujeres y alcohol.” - A pesar de la distancia que les ha separado estos dos últimos años -me dijo confidencialmente mi madre- han sabido mantener el trato, ya que antes les he oído hablar de cartas y llamadas telefónicas. “Habíamos llegado otra vez a la altura de la empañada ventana. Nos quedamos un rato pensando en nuestra particular visión del asunto y en la posibilidad de que la abuela nos sorprendiera incluso después de habernos abandonado.” - Esta claro que vosotros vais ha ser las piezas grises en esta partida de ajedrez a tres bandas -le–susurré a mi madre- “Me observó con ojos tristes, su querida madre emprendió viaje sin conseguir arreglar los asuntos de este mundo en lo referente a su numerosa descendencia.” - No quiero más divisiones... Es lo que más odiaba la abuela Carmen. - Ya las hay de facto. -Me sentí cruel-


Arte inconformista.