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viernes, agosto 17, 2012

83ª entrega.


El lobGallego.

- Hasta luego -me despedí aliviado- 
 “Sin darles lugar a réplica, cruzamos el umbral de la puerta abierta, y lo que allí vi, convirtió mi temperamental caudal sanguíneo en microscópicos cubitos de hielo. La distribución del dormitorio se asemejaba a la de mi peor pesadilla. Un padre nuestro comenzó a machacar mis tímpanos sin consideración.” 
 - Padre nuestro que estas en los cielos... -coro de viejas y decrépitas voces- 
 “El ataúd, al igual que el de mi mal sueño, reposaba sobre dos robustos caballetes negros.”
 - ... Santificado sea tu nombre... 
 “A diferencia de mi pesadilla, la habitación doliente se hallaba colmada de plañideras de oficio. La cama fue desmontada y a lo largo de dos paredes se colocaron sillas.” 
 - ...Venga a nosotros tu reino... –-coros-
 “Cuatro gruesos cirios rojos situados a la cabecera y a los pies del féretro, iluminaban la habitación con sus mortecinas y vacilantes llamas, lo justo, como para mantener la oscuridad exiliada en las paredes.” 
 -...Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo...
 “La vacilante luz de los cirios se reflejaba en los pétalos de las flores y sacaba llamas de aquellas fúnebres coronas.” 
 -...El pan nuestro de cada día... -corales-
 “El dormitorio olía a claveles, rosas y cirios... El ambiente estaba cargado con la respiración de al menos 16 personas, las persianas estaban cerradas.”
 -...Perdona nuestras deudas, así como nosotros... 
 “Dos coronas se apoyaban a los pies del ataúd, me negué ha leer los mensajes escritos en gruesas letras doradas. Me sentí observado con razón.” 
 -...y no nos dejes caer en la tentación, más...




- ...Venga a nosotros tu reino... –-coros- “Cuatro gruesos cirios rojos situados a la cabecera y a los pies del féretro, iluminaban la habitación con sus mortecinas y vacilantes llamas, lo justo, como para mantener la oscuridad exiliada en las paredes.” -...Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo... “La vacilante luz de los cirios se reflejaba en los pétalos de las flores y sacaba llamas de aquellas fúnebres coronas.” -...El pan nuestro de cada día... -corales- “El dormitorio olía a claveles, rosas y cirios... El ambiente estaba cargado con la respiración de al menos 16 personas, las persianas estaban cerradas.” -...Perdona nuestras deudas, así como nosotros... “Dos coronas se apoyaban a los pies del ataúd, me negué ha leer los mensajes escritos en gruesas letras doradas. Me sentí observado con razón.” -...y no nos dejes caer en la tentación, más...



Arte inconformista.