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sábado, abril 27, 2013

97ª entrega

El lobGallego.


“Comenzaba mi madre ha desbrozar la tupida vegetación tras la que se escondían “las blancas.” 

 - ¿Cómo es Felipe? Me refiero a su pasado y al presente. ¿Qué hacían esos cazadores a la entrada? ¿Quiénes son? ¿De parte de quien están? 

 - Hijo, yo siempre quise mantenerme al margen de todas esas historias. Me fui a San Sebastián de muy joven, ya que la única forma de lograrlo, era distanciándome geográficamente lo más posible...  

“Me dio la impresión de que mi madre no estaba por la labor de satisfacer mi curiosidad. Le costaba trabajo violar el silencio de tantos años, extendía su ala para proteger a unos polluelos que ya volaban solos al alcance de cualquier escopeta.”

 - Amatxo, yo solo quiero saber de donde vengo y quienes son ellos. Si mantener la neutralidad me resulta imposible me gustaría tener el mínimo de información necesaria para elegir bando, o crear otro. 

 - No debes posicionarte por un bando. ¿Estas seguro de lo que dices? Para empezar, todos ellos son tu familia, y para terminar, gracias a los secretos nunca sabrás del todo de donde venimos. -Me amonestó mi madre- Aunque yo quisiera contártelo todo, es más que probable que omitiera por ignorancia, cuestiones muy importantes a la hora de querer entender esta situación. 

 “Aquello comenzó a sonarme a no hablo del asunto, la cuestión no existe.”

 - ¿Quiénes eran los cazadores? -insistí-

 “Mi madre se levantó del borde de la cama, y comenzó un breve paseo por la habitación. Se paró justo enfrente de la ventana mirando con nostalgia el paisaje de su infancia. Miré el reloj de Carlos, eran las seis y diez, la noche tendía su manto por huertas, prados y pinares. Se giró hacía mí.”

 - Desde muy joven, tu tío Felipe a gustado de la caza y de las armas, afición que le llevó ha crear con ayuda de la abuela un club de caza y tiro en el pueblo. Se organizan legalmente a modo de una sociedad deportiva con sede en la plaza del pueblo, y campo de tiro en las afueras, exactamente en uno de los pinares más alejados de la herencia del abuelo. Los lazos que unen a sus miembros van más allá de la afinidad por las armas, muchos de ellos están ligados económicamente a Felipe, mientras que los lazos familiares y las inclinaciones políticas amalgaman al resto. Creo que son varias decenas de socios.




“Comenzaba mi madre ha desbrozar la tupida vegetación tras la que se escondían “las blancas.” - ¿Cómo es Felipe? Me refiero a su pasado y al presente. ¿Qué hacían esos cazadores a la entrada? ¿Quiénes son? ¿De parte de quien están? - Hijo, yo siempre quise mantenerme al margen de todas esas historias. Me fui a San Sebastián de muy joven, ya que la única forma de lograrlo, era distanciándome geográficamente lo más posible... “Me dio la impresión de que mi madre no estaba por la labor de satisfacer mi curiosidad. Le costaba trabajo violar el silencio de tantos años, extendía su ala para proteger a unos polluelos que ya volaban solos al alcance de cualquier escopeta.” - Amatxo, yo solo quiero saber de donde vengo y quienes son ellos. Si mantener la neutralidad me resulta imposible me gustaría tener el mínimo de información necesaria para elegir bando, o crear otro. - No debes posicionarte por un bando. ¿Estas seguro de lo que dices? Para empezar, todos ellos son tu familia, y para terminar, gracias a los secretos nunca sabrás del todo de donde venimos. -Me amonestó mi madre- Aunque yo quisiera contártelo todo, es más que probable que omitiera por ignorancia, cuestiones muy importantes a la hora de querer entender esta situación. “Aquello comenzó a sonarme a no hablo del asunto, la cuestión no existe.” - ¿Quiénes eran los cazadores? -insistí- “Mi madre se levantó del borde de la cama, y comenzó un breve paseo por la habitación. Se paró justo enfrente de la ventana mirando con nostalgia el paisaje de su infancia. Miré el reloj de Carlos, eran las seis y diez, la noche tendía su manto por huertas, prados y pinares. Se giró hacía mí.” - Desde muy joven, tu tío Felipe a gustado de la caza y de las armas, afición que le llevó ha crear con ayuda de la abuela un club de caza y tiro en el pueblo. Se organizan legalmente a modo de una sociedad deportiva con sede en la plaza del pueblo, y campo de tiro en las afueras, exactamente en uno de los pinares más alejados de la herencia del abuelo. Los lazos que unen a sus miembros van más allá de la afinidad por las armas, muchos de ellos están ligados económicamente a Felipe, mientras que los lazos familiares y las inclinaciones políticas amalgaman al resto. Creo que son varias decenas de socios.


Arte inconformista.

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