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lunes, julio 25, 2011

59ª entrega el lobo gallego

El taxista pareció tranquilizarse un poco ante esa observación por parte de Carlos.
Yo fui preparando el importe del viaje mientras la puerta principal de la casa se abría y por ella salió alguien que a primera vista, y a segunda también, me resulto totalmente desconocido.
Sus viejas piernas se encaminaron lenta y directamente hacia nosotros. Era una persona mayor.”

- Lo siento... Os acompaño en el sentimiento, a mi entender, las abuelas son los miembros más entrañables de la familia.

“Aquel buen hombre se despedía de nosotros estropeando nuestra breve relación con aquel comentario...”

- Toma... Quédate con el cambio.

“ ...Nunca he acabado de asimilar por completo ese pésame tan comúnmente utilizado en situaciones de perdidas personales.
Como se atrevían ha decir: Te acompaño en el sentimiento, si parten del principio de desconocer cuales son con exactitud. Yo mismo era incapaz de comprender que sentía ante la perdida de la abuela, ahora que su desaparición dibujaba en el horizonte extrañas posibilidades. ¿Qué querían decir? Que si yo me alegraba con su desaparición ellos también me acompañaban en el sentimiento.”

- Gracias.

- Carlos... ¿Quién es ese? -Apunte con mis fatigados ojos al personaje que se situaba en aquel preciso momento, en el ecuador de la distancia que mediaba entre la puerta y el taxi. Sus pasos eran lentos pero decididos, no se apoyaba en ningún bastón-

- Adivina, adivinanza...

“Volví la mirada hacía Carlos con cara -supongo- de pocos amigos.”

- Déjate de chorradas... ¿Quién es? -Tiré de las riendas para frenar el mastodóntico deseo de estrangularlo allí mismo, me gustaría saber que opinaba Ricardo de aquella demostración de afecto-

- Juan... es Juan, el veterano de guerra.

“Miré embobado a Carlos. Mi moral cayo en picado como un “stuka” alemán estrellándose contra el suelo.”


“El taxista pareció tranquilizarse un poco ante esa observación por parte de Carlos.
Yo fui preparando el importe del viaje mientras la puerta principal de la casa se abría y por ella salió alguien que a primera vista, y a segunda también, me resulto totalmente desconocido.
Sus viejas piernas se encaminaron lenta y directamente hacia nosotros. Era una persona mayor.”




Arte inconformista.

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