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lunes, octubre 10, 2011

67ª entrega.

El lobo gallego.

“Y se encaminó hacia las escaleras que había a nuestra izquierda, subiendo y perdiéndose por ellas.
¡Carajo! Decidí liberarme de aquella pareja de chupópteros y subir con una exhalación ha advertir a mi hermana sobre los riesgos de las pócimas preparadas por aquella mujer.”

- No se trataba de ninguna jerga -centré mi atención en mi tío Antonio- sino de un idioma llamado euskera que a muchas personas les cuesta lo indecible asimilar, dada su riqueza lingüística.

“Y en este punto de mi ofensiva, dibujé en mi cara como quien no quiere la cosa, una expresión facial que delataban mis bien fundadas sospechas, sobre la capacidad de procesamiento neural del subcerebro de mi tío, para analizar ideas y conceptos abstractos.”

- Interesante... - Me miraba fijamente Raquel, con aquellos ojazos color azabache que me hacían perder el hilo de mis procesos mentales-

- Interesante es el hecho de haberle dado plantón a Maximiliano en la estación de trenes ¿no crees Raquel?

“La pregunta de Antonio a Raquel me arrancó brutalmente de mí ensimismamiento, ya que durante unos magníficos segundos mi mente se perdió en lo más profundo de aquellos increíbles ojos.”

- Yo no afirmaría que fue precisamente interesante, – conseguí decir algo al cabo de un rato - más bien diría que fue un acto consecuente con mis ideas.

“Antonio se pasó la mano por su exuberante nariz rojiza de gallego de pura cepa."


“Y se encaminó hacia las escaleras que había a nuestra izquierda, subiendo y perdiéndose por ellas.
¡Carajo! Decidí liberarme de aquella pareja de chupópteros y subir con una exhalación ha advertir a mi hermana sobre los riesgos de las pócimas preparadas por aquella mujer.”

- No se trataba de ninguna jerga -centré mi atención en mi tío Antonio- sino de un idioma llamado euskera que a muchas personas les cuesta lo indecible asimilar, dada su riqueza lingüística.

“Y en este punto de mi ofensiva, dibujé en mi cara como quien no quiere la cosa, una expresión facial que delataban mis bien fundadas sospechas, sobre la capacidad de procesamiento neural del subcerebro de mi tío, para analizar ideas y conceptos abstractos.”

- Interesante... - Me miraba fijamente Raquel, con aquellos ojazos color azabache que me hacían perder el hilo de mis procesos mentales-

- Interesante es el hecho de haberle dado plantón a Maximiliano en la estación de trenes ¿no crees Raquel?

“La pregunta de Antonio a Raquel me arrancó brutalmente de mí ensimismamiento, ya que durante unos magníficos segundos mi mente se perdió en lo más profundo de aquellos increíbles ojos.”

- Yo no afirmaría que fue precisamente interesante, – conseguí decir algo al cabo de un rato - más bien diría que fue un acto consecuente con mis ideas.

“Antonio se pasó la mano por su exuberante nariz rojiza de gallego de pura cepa."

Arte inconformista.

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