BANNER página WEB.

Buscar

domingo, noviembre 07, 2010

33ª entrega


Nos quedamos mirando como la lluvia bombardeaba obstinadamente la solitaria parada de taxis.


“Allí nos quedamos, mirando como la lluvia bombardeaba obstinadamente la solitaria parada de taxis. La providencia nos negaba el derecho a un confortable vehículo que nos acercara al pueblo.
Mi mente ante la mala suerte que nos perseguía por medía geografía ibérica, hizo un repaso y se detuvo en nuestro encuentro con Maxi.”

- Sabes... Me he ganado un enemigo. -Le mencioné a mi primo Carlos-

- Eso creo yo también... Mal asunto.

- Hubo un momento en el que Maxi tuvo la cara tan descompuesta, que le creí capaz de pegarme cuatro tiros allí mismo.

- Sí, la verdad es que ha sido un buen comienzo, no podemos quejarnos. “Hace un sol del carajo y tenemos decenas de taxistas peleándose por llevarnos.” -Carlos se perdió en sus pensamientos unos segundos-
Yo también he defraudado a nuestro primo policía. Recuerda sus palabras. Decididamente, somos unos inconscientes.

- Esto no puede estar ocurriendo... Pero ocurre.

“Mientras tanto, en la periferia de mi campo visual, justo en sus mismísimos limites, comenzó ha desplazarse un vehículo no identificado inicialmente por mi memoria consciente, de un color oliva subida de tono.
Gire la cabeza unos sesenta grados, y el verde objeto rodante en cuestión, se transformo gracias al buen enfoque ocular, en un “Patrol” de la policía.”

- ¿Hace un “talego” a que ese es Maxi? -Reté a Carlos con una pequeña apuesta-

- No, porque lo es.

- ¿Hace mil pelas a que no para? -Insistí con la apuesta-

- ¿Hacen dos a que ni siquiera mira? -Contraataco Carlos-

- Hecho. -Acepté por darle emoción-




“Mientras tanto, en la periferia de mi campo visual, justo en sus mismísimos limites, comenzó ha desplazarse un vehículo no identificado inicialmente por mi memoria consciente, de un color oliva subida de tono....


Página 44.

No hay comentarios:

Publicar un comentario