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domingo, septiembre 04, 2011

64ª entrega.




- ¡Venga ya! ... No será para tanto. -Me interrumpió Mariano-

“Tenía arrestos la situación, yo contándole que durante un momento pensé que me iban a obsequiar con cuatro lindos agujeros de nueve milímetros en plena cabeza, y él echándose a reír diciendo a continuación: No es para tanto.”

- ¡Mira que cuando te lo propones consigues ser un gran e impresionante cabrón!. -Taladré a Mariano con la mirada- Total, su señoría se encontraba cansado, o mejor dicho no le apetecía ir, y por ello mandaste a Maxi como si se tratara de tu fiel perro faldero. Estoy absolutamente convencido de que ha sido idea tuya, por cierto pensaras que muy brillante.

“A Mariano comenzó ha borrársele la pícara sonrisa en el rostro.”

- Si no me equivoco -proseguí con mi ofensiva- y resulta que he calculado con un margen de error mínimo vuestra hora de llegada, saco en conclusión como resultado de mis operaciones aritméticas lo siguiente: Que dispusiste de unas doce horas para dormir y quitarte la tontería del viaje, y estar más que fresco para recogernos esta mañana en la estación.

“Mariano comenzó a sonreír de nuevo. ¡Cojones! No me quedó más remedio que admirar su capacidad de recuperación.”

- Tu padre -me decía Mariano- no es que precisamente tuviera unas locas ganas de librarse de las llaves del coche, ya conoces de sobra su opinión sobre mi forma de conducir... - Y para más infamia, Mariano tuvo la desfachatez y las agallas necesarias, para añadir a su perorata lo que a continuación pongo por escrito, que no veas lo que me jodio-... y además, ante la coincidencia de que Maxi estuviera de servicio en la ciudad y os pudiera traer, tu padre se cerró en banda y guardó las llaves en lo más recóndito de su bolsillo, fin de la triste historia.

“Las llaves de su casa hubiera tirado con todas mis fuerzas desde el cabo de Finisterre.”

- ¡Jaque-mate!... Esta visto que es del todo imposible lidiar con tu desfatachez ahora. -Me resigne de momento-

“Deje pendiente aquel asunto en espera de un momento más propicio. Tenía que encontrar la forma de hacerme con sus llaves y jugar un rato con él.”



- ¡Venga ya! ... No será para tanto. -Me interrumpió Mariano-

“Tenía arrestos la situación, yo contándole que durante un momento pensé que me iban a obsequiar con cuatro lindos agujeros de nueve milímetros en plena cabeza, y él echándose a reír diciendo a continuación: No es para tanto.”

- ¡Mira que cuando te lo propones consigues ser un gran e impresionante cabrón!. -Taladré a Mariano con la mirada- Total, su señoría se encontraba cansado, o mejor dicho no le apetecía ir, y por ello mandaste a Maxi como si se tratara de tu fiel perro faldero. Estoy absolutamente convencido de que ha sido idea tuya, por cierto pensaras que muy brillante.

“A Mariano comenzó ha borrársele la pícara sonrisa en el rostro.”

- Si no me equivoco -proseguí con mi ofensiva- y resulta que he calculado con un margen de error mínimo vuestra hora de llegada, saco en conclusión como resultado de mis operaciones aritméticas lo siguiente: Que dispusiste de unas doce horas para dormir y quitarte la tontería del viaje, y estar más que fresco para recogernos esta mañana en la estación.

“Mariano comenzó a sonreír de nuevo. ¡Cojones! No me quedó más remedio que admirar su capacidad de recuperación.”

- Tu padre -me decía Mariano- no es que precisamente tuviera unas locas ganas de librarse de las llaves del coche, ya conoces de sobra su opinión sobre mi forma de conducir... - Y para más infamia, Mariano tuvo la desfachatez y las agallas necesarias, para añadir a su perorata lo que a continuación pongo por escrito, que no veas lo que me jodio-... y además, ante la coincidencia de que Maxi estuviera de servicio en la ciudad y os pudiera traer, tu padre se cerró en banda y guardó las llaves en lo más recóndito de su bolsillo, fin de la triste historia.

“Las llaves de su casa hubiera tirado con todas mis fuerzas desde el cabo de Finisterre.”

- ¡Jaque-mate!... Esta visto que es del todo imposible lidiar con tu desfatachez ahora. -Me resigne de momento-

“Deje pendiente aquel asunto en espera de un momento más propicio. Tenía que encontrar la forma de hacerme con sus llaves y jugar un rato con él.”

Arte inconformista.

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