
De cómo la religión Católica acabo devorando todos los principios del cristianismo primitivo, y termino “acostándose” con reyes, dictadores y demás personajes funestos para la gente sencilla.
Percibió el movimiento como un marcador de la realidad, realidad efímera condicionada por el paso del tiempo. Creyó entender por un momento que no es el tiempo el que pasa, sino las cosas y seres que se mueven o son movidas. El tic, tac del reloj atrajo su atención, el segundero se movía mientras el tiempo descansaba.
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