BANNER página WEB.

Buscar

viernes, octubre 22, 2010

30ª entrega

- De la misma manera que yo no te recogería en la estación de San Sebastián, para luego llevarte a tomar algo en ciertos ambientes, te pido a ti lo mismo...
“Intentó cortarme la palabra... Pero insistí.”

 
- ... prefiero mil veces, hacerme el camino de Santiago descalzo, que pasar una sola hora en tu gran coche patrulla...

 
- ¿Estas seguro?

 
- Por supuesto que estoy seguro... De hecho, es una de las pocas cosas que tengo claras ahora mismo.

 
“Carlos me miraba con ojos de alucinado, a pesar de que yo sabia de sobra que sus escrúpulos hacía Maxi y su coche, eran tan intensos por lo menos como los míos. Quizá me pase de rosca y no obre con la diplomacia requerida, que exigía aquella tensa y absurda situación. ¡Pero que cojones! La única manera de que un servidor entrara en un coche patrulla era esposado".


Por supuesto, la expresión facial de Maxi sufrió una metamorfosis, tirando hacia el cabreo generalizado.”

 
-  ¿No quieres venir conmigo por mi trabajo?

 
“El compañero de Maxi se mostraba tenso, en otros tiempos más felices nos hubiera enseñado los principios Básicos del Franquismo, yo hablo, tú te callas.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario